Cuando se defiende una idea de partido, esta debe hacerse con argumentos sólidos, fundamentados en una realidad y con una base intelectual fuerte, porque al no hacerlo de esta manera se expone a quedar en ridículo, no solo el personaje que pronuncia un discurso sin tener en cuenta estos aspectos, sino además al grupo del que hace parte, en este caso el Centro Democrático.
Ha llegado la hora de que las directivas del Centro Democrático llamen la atención a los personajes que más suele tener en cuenta la opinión pública para el debate político, como la senadora Paloma Valencia y la representante María Fernanda Cabal, quienes han estado en los primero lugares de las noticias en los últimos días, no por la lucidez de sus argumentos, sino por todo lo contrario, porque en cada una de sus intervenciones han demostrado que poco saben de la realidad del país y que sus exposiciones parecerían hacerlas no con la intención de defender una idea, sino con la pasión en lugar de la razón y vaya uno saber si para pelearse el título de ser la más uribista.
No sé en que estaría pensando Paloma Valencia cuando aseguró que “Los que prefieren ver a las Farc en la política antes que matando; ¿también hubieran preferido ver a Pablo Escobar en la política y no matando?”.
Será que la senadora no estudió la historia de Colombia?, porque solo de esa manera uno entendería que no sepa que el extinto capo, mientras estuvo en la política delinquía. Para no ir muy lejos, ¿conocerá algo de la masacre de Macayepo ordenada por Álvaro García Romero en alianza con el paramilitarismo mientras fue congresista? Este último hecho es la razón por el que se encuentra condenado a 40 años de prisión y como consecuencia de este suceso, la política en Sucre fue capturada por una mafia que ha sido difícil expulsar en su totalidad de la administración pública en la región.
Lo mismo sucede en otros departamentos donde el paramilitarismo fue dueño y señor, al punto en que eran estos señores quienes decidían los nombres de alcaldes, gobernadores y concejales. ¿Sabrá algo de esto la nieta del expresidente Guillermo León Valencia?.
El caso de María Fernanda Cabal es peor todavía, porque no resulta para nada claro las bases intelectuales que tiene la congresista para decir por ejemplo, que el “Ejército es una fuerza letal que entra a matar”. No sé sí en los muchos libros de doctrina militar que ha leído la representante, exista alguno que diga que disparar es la última opción y no la primera. Tampoco sé si la parlamentaria sabe que no se puede llegar a determinada zona apretando el gatillo, sin antes saber cuál es el blanco.
Para colmo, María Fernanda Cabal parece desconocer que las relaciones que tuvieron miembros de la sociedad civil, políticos, empresarios y la misma iglesia fue con los paramilitares, no con las guerrillas.
Lo que es peor, a donde quiera que van estas dos congresistas, argumentan que de llegar a un feliz término con el proceso de paz, Colombia se convertirá en una “segunda Venezuela. Para que esto ocurra es necesario que alguien llegue a la presidencia con una ideología similar a la de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, y eso en nuestro país nunca va a suceder, entre otras porque los colombianos jamás lo permitiríamos.
Desconozco lo qué pueda sentir el gremio de mujeres al escuchar los argumentos de estas dos parlamentarias para oponerse al proceso de paz con las Farc. Dudo mucho que sea orgullo, y si así es, sería difícil entenderlo. Pero lo que sí es claro, es que las directivas del Centro Democrático por cuestión de imagen, deberían llamarlas al orden y pedirles que revisen bien sus argumentos antes de exponerlos en público.
