Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

¿Ordóñez o Petro? Que entre el diablo y escoja

Óscar Sevillano

06 de julio de 2016 - 10:07 p. m.

Gustavo Petro y Alejandro Ordóñez son dos políticos de orillas diametralmente opuestas.

PUBLICIDAD

Ambos aspiran  a ocupar el cargo de Presidente de la República con  un discurso cargado  de fundamentalismo ideológico, acudiendo a los logros que han obtenido en cada gestión que han realizado y aunque lo nieguen, a ninguno de los dos le gustaría encontrarse en un mismo escenario de competencia por el primer cargo del país.

Para asegurarse de que esto puede ser realidad, en primer lugar el procurador Ordóñez, utiliza su cargo como jefe del ente de control disciplinario para aniquilar a Gustavo Petro y sacarlo de la competencia, valiéndose de todos los errores cometidos por el político de izquierda para sancionarlo las veces que le sea posible, hasta asegurarse de que a futuro no representará ningún peligro.

Petro por su parte, utiliza su discurso como arma principal aprovechando el fundamentalismo conservador con el que Ordóñez realiza su labor, para demostrar que el jefe del ministerio Público podría representar un peligro para las libertades individuales a las que todo ciudadano tiene derecho.

Si algo ha demostrado Ordoñez, es que  poco le importa que ante los ojos de la  opinión pública quede con la imagen de inquisidor y de haberse obsesionado con Petro, al fin de cuentas, este durante su gestión como Alcalde Mayor de Bogotá, con su particular manera de gobernar  y de creer que estaba por encima del bien y del mal, le dio los motivos suficientes al Procurador General para que le demostrara que aunque fuera el primer mandatario de la capital, como funcionario público que era, se encontraba dentro de su órbita y que podía sancionarlo disciplinariamente si fuese necesario, como evidentemente ocurrió.

El problema es que Gustavo Petro nunca le reconocerá a Ordóñez si este tiene o no razón para aplicarle sanciones disciplinarias, por eso acude y seguirá acudiendo a leguleyadas para  evadir las acciones que sobre él pueda ejercer la Procuraduría General de la Nación.

Read more!

Para esto el exalcalde siempre ha de acudir a la posición de víctima, de perseguido por una “élite rancia” que no desea ver que alguien de origen humilde llega al poder, discurso que por su locuaz manera de pronunciarlo, le funciona muy bien en el momento de salir al balcón y ganar adeptos.

Petro se aprovecha de la poca memoria de los bogotanos  quienes  olvidan o ignoran que en parte puede tener razón el jefe de ministerio Público, porque para nadie fue un  secreto el caos que se presentó en Bogotá por  la manera tan improvisada en como se modificó el modelo de recolección de basuras y de la inestabilidad a la que fue sometida la ciudad al querer cambiar el Plan de Ordenamiento Territorial, tarea que no le correspondía a él, porque el POT que fue aprobado en la primera administración de Enrique Peñalosa, le faltaban dos años de vigencia, por esto el Concejo Distrital lo negó. Aun así, este le aprobó por decreto, lo que valió la segunda sanción disciplinaria.

En la otra orilla se encuentra Alejandro Ordóñez, quien enfrenta un proceso de destitución de su cargo como Procurador General de la Nación. Al igual que Petro, este también ha acudido a argucias jurídicas para sostenerse en el cargo y evitar el fallo del Consejo de Estado, quien seguramente lo hará cuando falte uno o dos meses para que el jefe del ministerio Público terminé su período, si es que  no logra  salir del ente de control en enero sin que nada le suceda. 

Read more!

En el caso contrario de que el Consejo de Estado falle, Alejandro Ordóñez, al encontrarse a pocos días de terminar su gestión, poco le importará la decisión que contra él se tome, porque  ha tenido todo el tiempo necesario para utilizar a la Procuraduría General de la Nación como su casa política, sin que nadie le vigile y le controle, en donde además ha contado con  un presupuesto para hacer campaña política a su favor de la misma manera como lo hizo Gustavo Petro cuando vio en el referendo revocatorio, su tabla de salvación para mantenerse en el cargo, utilizando el aparato distrital en causa propia.

No ad for you

La única diferencia en el actuar de estos políticos, es que mientras Gustavo Petro respeta a sus posibles rivales que competirían con él por la Presidencia de la República en el 2018, Alejandro Ordóñez busca sacarlos del camino utilizando el poder que por el momento le da la Procuraduría General de la Nación.

Por lo demás no hay distingo alguno, porque aunque Petro sea ideológicamente de izquierda y Ordóñez pertenezca  a una clase conservadora bastante ortodoxa, a ambos les gusta el poder y las decisiones las toman de manera autoritaria, sin escuchar otras voces,  creyendo además  que son los únicos que pueden hablar, opinar y que por tanto se harán lo que ellos digan.

Por eso,  aunque su causa sea distinta y el discurso de Petro suena más bonito que el de Ordóñez, a juzgar por la manera de actuar de ambos, francamente uno sabe que sea peor, si el exalcalde o el procurador. En pocas palabras, como bien lo dice el viejo y conocido refrán, “que entre el diablo y escoja”.

No ad for you

@sevillanojarami

Conoce más
Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.