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Seamos sinceros, tantas revelaciones y tanta declaración en diferentes espacios de noticias por parte de la ex viceministra de minas Belizza Ruiz, suenan más a venganza personal que a ganas de contestar las dudas e inquietudes que desde la opinión pública existen sobre lo que ocurre al interior del Ministerio de Minas y Energía y a la gestión que desempeña Irene Vélez, cabeza de la entidad.
La frase “uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”, da entender que todos somos capaces de decidir cuándo guardar silencio y cuando no, y siempre mantenernos apegados a y siendo responsables de cada una de las palabras que decimos. Si la exviceministra tomó la decisión de dar a conocer hechos que desde su punto de vista considera que están mal, bien sea porque se aplican políticas equivocadas o existen malos procedimientos, lo lógico es que acuda a los organismos de control y, si se requiere, también a la Fiscalía para que sean ellos quienes actúen y desde lo disciplinario y lo investigativo se hable.
No fue responsable salir a decir en un medio de comunicación que hay riesgos de un posible apagón en Bogotá. Parece que la exfuncionaria no sabe o no conoce el alcance que una declaración como esa puede tener, especialmente cuando las relaciones entre la alcaldesa Claudia López y el presidente Gustavo Petro no pasan por su mejor momento.
Tampoco es responsable ni corresponde a una profesional de la talla de Belizza Ruiz, divulgar a los cuatro vientos los nombramientos que se hacen en el sector y que podrían corresponder a transacciones políticas. Este asunto que es bastante delicado, es mejor dejarlo en manos de los órganos de control y de la Fiscalía si corresponde a temas de corrupción o hay malos manejos o procedimientos irregulares.
No estoy diciendo que Ruiz debe quedarse callada. Lo que quiero decir es que el camino ideal no es salir primero a hacer la catarsis y el desahogo ante las cámaras y micrófonos de la prensa por el mal trato que pudo recibir de parte de la ministra Irene Vélez, quien ya tiene fama de no escuchar y de ejercer un procedimiento bastante soberbio, autoritario y de no aceptar ni reconocer que poco sabe del sector y que requiere constante asesoría.
Con este proceder, la exviceministra no solo puso a dudar al país sobre la efectividad y los conocimientos que sobre el sector de Minas y Energía tiene la ministra Irene Vélez, sino además de la entidad como tal, donde prestan sus servicios profesionales más de mil personas, muchos de estos con años de experiencias y que no merecen que se les descalifique o se les señale porque la señora Ruiz no supo manejar una situación en la que evidentemente se vio perjudicada pero que no tenía por qué y para qué darla a conocer de esta manera.
Lo único que ha logrado la exviceministra Ruiz es colocar al Gobierno Nacional en manos de la oposición, la cual no ha dudado en pedir la cabeza de la ministra Vélez, anunciando un segundo debate de moción de censura y, también, hacerla ver por muchos como una especie de ‘Caballo de Troya’ en la presidencia de Gustavo Petro.
@sevillanoscar
