No me imagino lo que deben estar pensando quienes votaron por el representante a la cámara, Miguel Polo Polo, pero no los critico si están arrepentidos.
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Con el ánimo de medirle el aceite y verificar si sus declaraciones poco inteligentes correspondían a una estrategia de generar polémica para de esta manera lograr que los focos de las cámaras de los medios de comunicación sean puestos sobre él o si efectivamente esa es su manera de razonar y analizar al país, me acerqué para hacerle un par de preguntas.
Según el congresista, la Comisión de la Verdad y la Justicia Especial Para la Paz están hechos para acabar con las fuerzas militares y de la Policía (escuchar audio).
Miguel Polo Polo está en todo su derecho de no gustar del trabajo que hace la Justicia Especial Para la Paz, lo mismo que el de la Comisión de la Verdad, pero a lo que si no hay derecho es a decir o a insinuar que son dos entidades que atacan a la fuerza pública.
Veo que el congresista no solo no se ha leído el informe de la Comisión de la Verdad, sino que además desconoce la realidad de un conflicto que se salió de madre y que capturó al Estado a través de algunos uniformados de las Fuerzas Militares y de la Policía, y también a uno que otro político local y nacional, este último hecho quedó demostrado en el Gobierno Uribe cuando se destapó la parapolítica y se supo además que el extinto DAS estaba puesto al servicio del paramilitarismo y el narcotráfico.
También me doy cuenta que el congresista no sabe que cuando un militar o policía porta el uniforme representa la autoridad del Estado, que no puede ni debe quedar puesta al servicio de la ilegalidad y que cuando esto ocurre, se investiga y se comprueba, la justicia debe sancionar esta deslealtad con el país y con la Constitución.
Esto no se puede ni se debe tolerar bajo ninguna circunstancia porque si de algo tenemos que cuidar a las Fuerzas Militares y la Policía, es que en su interior existan uniformados dispuestos a torcer la ley y a dañar el nombre de toda una institución.
Por supuesto que hay que rodear a los militares y la Policía; claro que hay que defenderlos y estoy de acuerdo con que se les demuestre el aprecio y cariño que se merecen. Yo soy el primero, pero lo que si no puede ni debe existir bajo ninguna circunstancia es la alcahuetería con quienes se aprovechan de la autoridad que les otorga el uniforme para actuar por fuera de las normas. Es que señor Polo Polo, el Estado no puede comportarse igual que el crimen organizado.
Me sorprende también que, en medio de su animadversión con la JEP y la Comisión de la Verdad, el congresista falte a la verdad, porque en ningún momento estas dos entidades quieren acabar con el buen nombre ni del Ejército, ni de la Fuerza Aérea, la Armada y mucho menos de la Policía. Que no diga mentiras, eso no le queda bien a su investidura como congresista.
Lo que buscan estas entidades es que declare la verdad de hechos que ocurrieron en medio de un conflicto armado donde las Farc, las Auc, el Eln y el narcotráfico fueron los causantes de crímenes de lesa humanidad y donde algunos miembros de la fuerza pública cometieron excesos y algunos llegaron a actuar en conjunto con estos actores ilegales. Es una verdad inocultable que no puede ser aplaudida y que sí en cambio debe ser juzgada, y eso no es atacar a nadie, eso se llama aplicar justicia.
Como afrodescendiente que soy, puedo decir que es decepcionante que una persona, un tanto pintoresca y poco inteligente, sea quien ocupe una de las curules que le corresponde a la etnia, y por eso entiendo a quienes hoy se siente arrepentidos de votar por su candidatura, además de que en el pasado cometió una irregularidad al hacerse certificar como indígena, hecho que por cierto no ha sido investigado.
Lo pintoresco se puede pasar por alto, igual por el Congreso de la República ya han pasado personajes de similares características, el problema es cuando a esto se le añade la poca profundidad en sus debates porque está visto que, a Polo Polo, capacidad para analizar debidamente le falta, pero lengua para hacer alaracas y decir tonterías a grito entero, le sobra.