Por Angélica Lozano y Francia Márquez

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Óscar Sevillano
08 de marzo de 2018 - 04:15 a. m.
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En estos momentos lo único claro en la elección del próximo Congreso de la República es que la corrupción, clientelismo y malas prácticas en la política seguirán reinando en este órgano de poder durante los siguientes cuatro años, porque la mayoría de las personas que serán elegidas representan eso, y son pocos quienes no pertenecen a ese grupo. Podría estar seguro de que si son diez en un parlamento de casi 300 miembros, exagero.

Es esta la razón por la que no me sentía motivado a votar en estas elecciones, ni para Congreso, ni para presidente de la República. Lo anterior por cuenta de la corrupción tan grande que existe en este país, en donde el órgano legislativo siempre aparece como el núcleo de estos hechos, desde donde se capturan a las demás ramas del poder, bien sea para pedir contratos, cobrar coimas o para colocar al Ejecutivo y al Judicial a su servicio.

Sin embargo, el diálogo con diversas personas me hizo reflexionar y caer en la cuenta de que si en realidad queremos que estas prácticas desaparezcan, de manera escalonada debemos elegir personas que no comulguen con estas prácticas, es decir, que no hagan parte de los combos políticos de los Name, Char, Uribe Vélez, Sánchez Montes de Oca, Guerra Tulena, de Juan Carlos Martínez Sinisterra, Yahir Acuña, Venus Albeiro Silva, el Ñoño Elias, Musa Besaile, etc., quienes se han encargado de hacer de la política un ejercicio vergonzante.

El ejercicio de buscar dos personas que cumplieran con los requisitos de transparencia, rectitud y ética sana, para darles mi respaldo como ciudadano en sus aspiraciones para Senado y Cámara, no fue tan difícil como me lo imaginé.

En el primer caso está la actual representante a la Cámara Angélica Lozano quien aspira al Senado de la República, de quien tengo una buena imagen, no solo porque le conozco personalmente, sino porque su excelente labor legislativa en estos cuatro años ha sido tan notoria que cualquier frase para describirla queda corta.

Ojalá llegaran con ella unos 50 congresistas que cuenten no solo con una hoja de vida  como la de Angélica, sino también con iguales calidades profesionales y éticas como las de ella. Estoy seguro de que solo así el Congreso de la República de Colombia dejaría de ser un órgano que en lugar de llenarnos de orgullo nos produce vergüenza.

En lo que tiene ver con Cámara de Representantes, mi voto será para la líder afrodescendiente y Premio Nacional de Derecho Humanos Francia Márquez Mina, quien aspira a la Circunscripción Especial para Negritudes de esta corporación. Mi respaldo lo hago convencido de que ha llegado la hora de hacer respetar estas dos curules especiales,   quitándoselas a las mafias de corrupción que cada cuatro años presentan candidatos con el ánimo de tomárselas en cuerpo ajeno, sin que necesariamente sean personas de raza negra, ni que lleguen allí buscando el bien común de los afrodescendientes en Colombia.

Nadie mejor que Francia Márquez para ocupar una de estas dos curules, no solo porque conoce las necesidades de los afrodescendientes en los territorios, sino porque como víctima del conflicto y defensora de derechos humanos puede aportar mucho al debate nacional en lo que tiene que ver con la implementación del posconflicto.

Lamento que sean pocas las cartas a elegir que se parezcan a estas dos mujeres. Repito, si son  diez  exagero, porque en Colombia la política resulta ser tan buen negocio que quien llega no con la idea de servir como es el caso de Angélica Lozano y Francia Márquez, sino con la intención de lucrarse con los dineros del Estado, difícilmente se va.

Es por esto que en ella se ven diferentes hombres y mujeres posando como adalides de la moral, cuando son tan indignos de estar allí, como lo son las mismas Farc, con la diferencia de que estos no han masacrado municipios y  veredas, ellos en cambio han masacrado los recursos públicos haciendo lobby político a favor de las empresas de sus familiares que tienen en las  regiones; buscando contratos para pagar a los financiadores de sus campañas, sin olvidar la coima, claro está.

Espero me disculpen el resto de candidatos a Cámara y Senado que al igual que Angélica y Francia cuentan con condiciones de transparencia y excelente hoja de vida para ser elegidos, pero desafortunadamente cada ciudadano debe escoger únicamente dos personas, una para Senado y otra para Cámara,  y yo las elijo a ellas.

@sevillanojarami

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