Debo decir con toda sinceridad y sin ningún titubeo que me genera bastante sospecha lo que parece ser una costumbre del Gobierno Nacional de desautorizar a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, luego de que ella hace anuncios para el Distrito que tengan que ver con determinado esfuerzo en conjunto. Hoy por hoy me pregunto si esto corresponde a una especie de sabotaje desde la Presidencia de la República para torpedear la imagen de la mandataria local.
No se puede pensar otra cosa, cuando en una reunión participan funcionarios del Gobierno Nacional como el director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, quien minutos antes de que finalice la cita se retira, por supuesto no participa de la rueda de prensa y cuando se hace el anuncio de que se creará un cuerpo especializado que en Bogotá trabajaría en conjunto con la Policía para identificar el mayor número de ciudadanos venezolanos, sale con cara de sorpresa a desautorizar la medida.
¿Qué hizo entonces Espinosa en toda la reunión? ¿Chatear acaso con alguien de su familia a algún amigo que le impidió prestar atención al diálogo?
No es la primera vez que hechos así suceden. Vale la pena recordar cuando la mandataria distrital anunció la primera cuarentena en la ciudad para enfrentar la pandemia de COVID-19. Minutos después la entonces ministra del Interior, Alicia Arango, con su particular estilo, trató de echar para atrás el trabajo del Distrito, y lo hubiese logrado de no ser porque de inmediato los demás alcaldes y gobernadores, que planeaban lo mismo para su territorio, en cascada se rebelaron y manifestaron su desacuerdo con el Gobierno Nacional. En el pasado mes de junio, luego de que el secretario de Salud de Bogotá, Alejandro Gómez, anunciara el lanzamiento de un certificado digital de vacunación para los ciudadanos inmunizados en la capital, el ministro de Salud, Fernando Ruiz, hizo lo suyo desautorizando la medida.
Todos estos sucesos me han generado la sospecha de que esto podría corresponder a una actuación premeditada desde el Palacio de Nariño. Ojalá esté equivocado, porque, de ser cierto, la única que saldría perjudicada es la ciudad de Bogotá, que hoy por hoy presenta un alto grado de inseguridad innegable, con hechos en donde participan ciudadanos extranjeros y me refiero a algunos venezolanos que de manera equivocada han encontrado en el delito la manera más fácil de subsistir en tierra ajena.
La seguridad ciudadana es lo que nos debería preocupar, entre otras porque el mismo incremento de hechos delictivos puede también estar sucediendo en otras ciudades del país, sin que el presidente Iván Duque se dé cuenta, claro está.
Tiene razón la alcaldesa Claudia López en estar preocupada por los hechos violentos que han ocurrido en Bogotá y que se están saliendo de control. Resulta inaudito que la Presidencia de la República, en lugar de darse al diálogo, acuda a la desautorización para demostrar quién es el que manda, así mande mal como en el caso de Duque.
Por supuesto que la seguridad ciudadana debe estar en los primeros puntos de la agenda nacional, porque es ahí donde se está moviendo el crimen organizado y en esto deben trabajar conjuntamente alcaldes, gobernadores, ministro de Defensa, Policía y Fiscalía. Si se llega a presentar algún desacuerdo, lo que debe hacer el presidente es llamar al mandatario local respectivo para subsanarlo y darle viabilidad. Eso es algo de sentido común, pero está visto que pedirle a Duque que utilice eso que se llama sentido común es pedir un imposible.
No es desautorizando medidas como vamos a solucionar los problemas de inseguridad en las ciudades principales del país. Por el contrario, con esto lo que se logra es aumentar más el problema y abrirle camino a la delincuencia organizada para que actúe con plena libertad.
Sería bueno entonces que desde la Presidencia de la República se abandone la práctica de la desautorización a mandatarios locales, en este caso a Claudia López, y se dialogue directamente para buscar soluciones conjuntas a los problemas. Insisto, a mí estas actuaciones de la Casa de Nariño me generan la sospecha de que podrían corresponder a un sabotaje a la mandataria distrital.
@sevillanojarami