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Durante estos días de preocupación nacional y mundial por el contagio de un virus letal que suma miles de muertos en diferentes países, uno espera ver que sus líderes políticos están ahí, apoyando las medidas que se toman en materia de salud pública y vigilando que lo prometido se cumpla.
Lastimosamente para Colombia, este no es el caso del Congreso de la República, institución que hasta el momento ha brillado por su ausencia, como si la cosa no fuera con ellos.
A pesar de que se han propuesto soluciones para que las sesiones, tanto en plenarias como en comisiones, se realicen a través de plataformas virtuales, poca atención les han prestado los presidentes de Senado y Cámara, y más bien se han dedicado a buscar excusas para justificar la ausencia de este órgano, que de la vacancia legislativa en la que se encontraba hasta el mes de marzo está pasando a la vagancia legislativa extendida.
De un total de 279 congresistas, solo unos 30 aproximadamente han estado vigilantes a lo que ocurre en nuestro país con la pandemia del coronavirus, el resto no saben/no responden y en cambio sí dejan la sensación de que el Legislativo es un órgano innecesario y que el país puede caminar divinamente sin tener que esperar su trabajo.
¿Dejará el Estado de pagar unos sueldos supremamente altos durante el tiempo en que los congresistas no cumplan con sus deberes? ¿Qué ocurre con la Procuraduría General de la Nación que no se ha pronunciado al respecto? ¿Es normal que, mientras los otros poderes del Estado han buscado la manera de operar en medio de circunstancias especiales, el Legislativo se dé el lujo de extender sus vacaciones, quién sabe hasta cuándo?
Colombia es uno de los pocos países que han preferido tener al Poder Legislativo en una especie de condición de “vagos a sueldo”, entre otras, por la incapacidad de los mismos congresistas para ponerse de acuerdo en la manera como deben operar mientras el país se encuentre en cuarentena, y porque tienen en la presidencia tanto de Cámara como de Senado a dos personas que han demostrado total incapacidad para tomar decisiones valientes y, en cambio, de manera solapada dejan que alrededor de 200 personas reciban buen salario durante este tiempo, con los impuestos que pagamos los colombianos, sin hacer nada que lo justifique.
El Congreso de la República es la única alta corporación del Estado que no está trabajando. Las cortes e incluso algunos concejos y asambleas, al amparo del decreto que así lo permite, sesionan virtualmente sin problema alguno. ¿Cómo, en cambio, es que el Legislativo no puede? ¿Cuál es la razón para que los presidentes de Senado y Cámara se muestren incapaces de tomar una decisión que permita que senadores y representantes cumplan con su deber?
