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Tomás Uribe y Francia Márquez

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Óscar Sevillano
04 de junio de 2021 - 03:00 a. m.
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Han salido a relucir dos nombres de posibles candidatos a la Presidencia que me llaman la atención: el del joven empresario Tomás Uribe y el de la líder ambiental afrocolombiana Francia Márquez.

Ambos han tenido éxito y reconocimiento por su liderazgo y desempeño en su trabajo (Tomás en el empresarial y Francia en el ambiental), así mismo los dos tienen un factor que juega en su contra: tanto Márquez como Uribe tienen cero experiencia en la administración de recursos públicos y en la gestión y manejo políticos.

Tomás se encuentra en la derecha política y Francia en la izquierda, lo que me sorprende bastante, porque la crítica que se le hace al hijo del expresidente Uribe por no contar con experiencia ni en cargos políticos ni en lo público debería hacérsele también a la líder afrocolombiana, quien, al igual que el joven delfín, puede contar con la mejor voluntad y una gran inteligencia. El problema es que, hoy por hoy, la lección que le quedó al país con la presidencia de Iván Duque es que es necesario tener un mínimo de conocimiento sobre el funcionamiento de lo público en Colombia.

Si se crítica a la derecha por proponer el nombre de una persona que no tiene experiencia ni en lo público ni en lo político, también se debería criticar a la izquierda, porque también tiene una candidata que está a la par con Tomás Uribe.

No tengo nada contra Francia Márquez, a quien acompañé en el 2018 en su aspiración a la Cámara de Representantes, pero una cosa es llegar a una corporación de elección popular para defender los intereses de una comunidad, en este caso, los afro, y otra muy distinta es pretender manejar los destinos de este país cuando no se tiene la menor idea de cómo mover un lápiz al interior de una entidad pública.

Tampoco tengo nada en contra de Tomás Uribe, a quien jamás he visto y de quien considero que ha desempeñado un buen papel como empresario, pero si lo que pretende es continuar el legado de su padre, bien puede hacer el mérito, porque en Colombia ser hijo de un expresidente no es suficiente razón para ocupar la Presidencia de la República.

Andrés Pastrana, hijo del expresidente Misael Pastrana, fue presidente de la República, pero primero fue concejal, alcalde de Bogotá y senador. Juan Manuel Santos, sobrino nieto de Eduardo Santos, antes de ser primer mandatario fue ministro de Comercio Exterior, de Hacienda y también de Defensa.

Colombia no puede repetir la desgracia de la segunda vuelta de 2018 cuando, al no tener una opción por la que valiera la pena votar y al no saber cuál de las dos era peor que la otra, quedamos en manos del candidato de la derecha que primero no conocía el país y tampoco sabía cómo mover un lápiz al interior de una entidad pública. Esta mala suerte no se puede vivir de nuevo, no importa si el aspirante es de izquierda o de derecha.

Cambiando de tema, me llaman la atención las investigaciones contra un grupo de congresistas (todos de izquierda) que abrió la Procuraduría General de la Nación por temas que tienen que ver con el paro nacional ¿Será que regresamos a las épocas de Ordóñez? ¿Es acaso Margarita Cabello un Alejandro Ordóñez con falda?

@sevillanojarami

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PEDRO(65176)05 de junio de 2021 - 02:32 a. m.
Comparar la carrera de Uribe que hasta comprar tesis habrá hecho para graduarse, robar ideas de negocios, hacerle jugadas a la valorización y apropió de las zonas francas... Vs Francia defensora de derechos. Es válida su opinión y por derecho respetable,pero si lo analiza no tiene equivalencia.
Heyver(t1wh8)05 de junio de 2021 - 01:25 a. m.
Una columna muy objetiva. Me gustó y considero que el que sea candidato debe tener al menos trayectoria y experiencia de la función pública.
María(60274)04 de junio de 2021 - 11:32 p. m.
Poner en una columna a la Lideresa Social Francia Márquez, semejante ejemplo de valor, dignidad y entereza al lado de semejante tipo que no ha hecho en su vida nada digno de mencionarse más que ser el hijo del más grande genocida colombiano, es insultarla, es contaminarla.
Gabriel(7913)04 de junio de 2021 - 09:58 p. m.
Por lo menos, corrupta hasta la médula. En un proceso sucesoral, basado en una escritura falsa, falló a favor de los beneficiarios de la falsedad. Todo lo que se necesitó fue la visita de un magistrado valluno para cambiar el sentido de la sentencia que sus auxiliares habían preparado.
HELENA(32726)04 de junio de 2021 - 08:40 p. m.
Me parece que llamar a Tomas Uribe un empresario exitoso es algo fuera de lugar. Si mi papá es el presidente y me quita todos los estorbos para volverme rico, como paso con ese par de hermanos no se puede decir que es una historia de éxitos, es una historia de otra cosa.
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