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Aunque el presidente Iván Duque y los miembros de su partido político no quieran, el nombre de José Guillermo Hernández, más conocido como el Ñeñe Hernández, estará presente durante todo este período de gobierno y me atrevo a asegurar que irá un poco más allá de la campaña presidencial de 2022.
Esto demuestra una vez más lo degradada que está la política en Colombia, que se junta con quien le conviene cuando le conviene, y al ser descubiertos niegan que conocen al personaje en cuestión, argumentando que jamás lo han tratado, que si se hizo algo indebido todo fue a sus espaldas y que si hay una foto o un video en donde aparecen juntos, fue una cuestión circunstancial, pero que no significa que sean cercanos.
Por el momento no es posible establecer si hubo compra de votos a favor del entonces candidato Iván Duque en la Guajira para la campaña presidencial de 2018. Muy seguramente nunca lo sabremos, porque estos hechos no se hacen por encima de la mesa, sino por debajo y sin que se registre en la contabilidad. Sin embargo, hay algo muy cierto que no podrán desconocer y es la relación que existía entre la dirigencia del partido del aspirante al primer cargo del país y un personaje que estaba involucrado con la mafia en la costa Atlántica.
Nadie asiste a una posesión presidencial si no tiene un lugar relevante en el Estado, en la alta política o no se encuentra en el primer círculo de personas cercanas al grupo político que llega a la Presidencia de la República. Por tanto, es claro que si el Ñeñe Hernández y su esposa estuvieron en el acto de toma de juramento de Iván Duque como primer mandatario en la Plaza de Bolívar de Bogotá es porque fueron invitados a la ceremonia, y si el Ñeñe se subía los helicópteros de la Fuerza Pública es porque no solo tenía cercanía con los altos mandos militares que se lo permitían, sino porque además era evidente que existía cierto grado de influencia.
Es difícil creer que incluso quienes hacen política en los departamentos de la costa Atlántica no sabían quién era, y que a quienes aceptan que lo trataban no se les haya pasado por la cabeza que podía tener nexos con la ilegalidad en la región.
Nada más público en esta región que las actividades de las personas que tienen cierto grado de influencia en la alta sociedad, entre otras porque se constituyen como un poder económico que suministra trabajo a quienes necesitan llevar el sustento a sus casas y que además, ayudan a la financiación de campañas en los municipios y departamentos de este territorio, y es por esto que resulta vital que se investigue hasta donde el Ñeñe Hernández penetró no solo la política, sino además la administración pública en esta zona del país.
Es necesario indagar también si algún senador, representante a la Cámara, concejal, alcalde, gobernador o diputado de la costa Atlántica, puede no solo haberle conocido, sino además, llegar al cargo financiado por el.
Dijo el profesor y exalcalde de Bogotá Antanas Mockus que si algo le falta a la política en Colombia es sincerarse y hablar con la verdad y el caso del Ñeñe Hernández una vez más lo demuestra. No es posible que cada vez que se descubra hasta donde ha llegado la relación de los partidos y sus miembros con las mafias en las regiones, en lugar de reconocer el hecho y pedir que se investigue, nieguen al personaje cual apóstol Pedro con Jesús, así haya fotos y videos que demuestren que si se conocían y si existía cercanía.
En la medida en que el Centro Democrático siga negando al Ñeñe Hernández, más dudas van a generar sobre la manera como procedieron en la campaña política de 2018 y vaya uno a saber hasta dónde pudieron llegar estas relaciones que, insisto, se deben investigar así el partido del presidente Duque no lo quiera.
Ni siquiera el coronavirus, por más que se prolongue la alerta por el contagio, va a evitar que el nombre del Ñeñe Hernández siga presente y genere de si existía una relación cercana de este personaje con el presidente Duque y su partido político.
@sevillanoscar
