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El “impasse” diplomático de Petro

Pablo Felipe Robledo

29 de enero de 2025 - 12:05 a. m.
Presidentes Gustavo Petro y Donald Trump.
Foto: Archivo

El pasado domingo, los colombianos fuimos atónitos testigos, pero además víctimas masacradas por la ya conocida desidia e insolencia de Petro. Los voceros del gobierno, sin duda más serenos que el presidente, minimizaron lo ocurrido calificándolo como un “impasse” (algo hay al final de esa palabra) del presidente Petro. Sin embargo, lo ocurrido fue muy grave, pues por poco casi entramos en la materialización de una hecatombe nacional por cuenta de una inminente cuasi ruptura de las relaciones políticas y comerciales con los Estados Unidos.

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En efecto, al amanecer del domingo, concretamente desde las tres de la mañana, el presidente Petro, cada vez más errático y bajo el influjo de quién sabe qué estupefaciente, bebida alcohólica o estado psíquico, decidió manejar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos a través de la red social X (antes Twitter). En efecto, el desorbitado presidente trinó desde esa madrugada de manera desesperada y sin tregua, como un energúmeno desde una trinchera guerrillera y no como el presidente de un país sensato que no puede darse a la imbécil tarea de romper relaciones políticas y comerciales con su principal socio económico y aliado para centenares de políticas públicas que generan bienestar, estabilidad y trabajo a los colombianos.

Al presidente Petro lo gobiernan su odio, su ira, su ideología y su rabia con todo aquello que se mueve a su alrededor, salvo cuando de andar y juntarse con bandidos se trata, arenas movedizas en las que con extrema facilidad cambia sus principios y sus discursos. A Petro no le importan las finanzas públicas, el bienestar de la economía, el compromiso y la lucha de los empresarios por hacer patria y generar empleo, mucho menos le importa la suerte de millones de colombianos de todos los estratos quienes directa o indirectamente dependen de que la relación con Estados Unidos, en todos los ámbitos, sea próspera, fluida y conveniente. Eso no le importa a Petro, porque a Petro solo le importa Petro.

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Petro le echó mano a un falso nacionalismo, buscando una excusa para pelear con Trump, a pesar de que con Biden ocurría lo mismo, pero no le importó. Petro pensó que a Trump y al gobierno de Estados Unidos los podía manosear como lo ha hecho con algunos presidentes de pacotilla o como lo hace en lo interno todos los días con la pobre dirigencia nacional que se debate entre pararle el macho a Petro o arrodillársele, o ambas cosas a la vez.

En esta ocasión, encontró, para bien o para mal, a un Trump que no se limitó a debatirle con palabras sino con hechos, por lo demás de gran calado, pues sabe que a un incompetente, ignorante e irresponsable como Petro ante tales represalias, no tiene opción distinta no solo de tragarse todas sus palabras sino todos los sapos a que haya lugar. Empero, lo más importante, es que Trump y el gobierno de Estados Unidos se quitaron de encima a Petro y a sus obsesiones, patanerías, falacias, mentiras y habladurías, pues no solo Petro salió goleado sino con tarjeta amarilla. A la próxima, tarjeta roja y fin de la historia.

La paliza de Trump a Petro fue monumental y, por fortuna para Colombia, todo esto queda bien resumido en el inicio del comunicado de la Casa Blanca en el sentido de que “El gobierno de Colombia ha aceptado todos los términos del presidente Trump” y en el comunicado de la Cancillería colombiana al decirse que “El Gobierno de Colombia informa que hemos superado el impase con el Gobierno de los Estados Unidos (sic)”.

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Al final, el presidente Petro necesita que alguien le ayude a entender que debe hacer propia esta frase que le regalo: “para evitar impases no más pases”, salvo que quiera volver a transitar por el camino polvoriento que hace que pase de la “indignación a la indignidad” como le ocurrió desde la madrugada del domingo en adelante.

Nos merecemos más, mucho más. Pronto llegarán las elecciones de 2026, y este impasse llamado Petro llegará a su verdadero fin, aunque si sigue de pase en impasse, no sé si llegará al 2026.

PD. A todas estas, el domingo Petro nunca dio la cara, solo trinos. Muy raro.

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