En noviembre del año pasado escribí una columna aquí en El Espectador que titulé “Tramposos confesos”, refiriéndome a la modificación de la Ley de Garantías en pleno proceso electoral a través de la inclusión de un orangután en el proyecto de ley de presupuesto impulsado por el Gobierno Nacional en el Congreso de la República.
Cualquiera con dos dedos de frente sabía que lo que el Gobierno y sus amigos congresistas estaban haciendo era abiertamente inconstitucional. Incluso Duque, años antes cuando era senador, se había opuesto con...
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