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Petro, el presidente de un sindicato de locos

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Pablo Felipe Robledo
01 de octubre de 2025 - 05:05 a. m.
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Cada día que pasa, el ambiente está más enrarecido. El ejercicio del poder por quienes hoy lo ostentan en la rama ejecutiva se ha convertido en algo endemoniadamente perverso.

El presidente de la República, Gustavo Petro, se comporta como el presidente del sindicato de locos de un manicomio y no como el jefe de Estado de un país importante en el contexto latinoamericano y mundial como Colombia. No es exagerado sentenciar que Petro ha renunciado a gobernar para dedicarse a manejar una agenda nacional e internacional encaminada a atrincherarse y disparar, disparar y disparar para todos lados y contra todo lo que se mueva bajo la creencia de que es el salvador intergaláctico de la humanidad.

El ejercicio de gobernar a Colombia nunca ha sido tan lacónico, triste, burdo, grosero y absurdo, por decir lo menos. Tenemos un presidente dispuesto a confirmar que cada día está más desequilibrado, más loco, más incendiario, más insensato. A Petro solo le interesa revolver el avispero, aprovecharse de un país y un mundo convulsionado, así como decir cuanta estupidez se le pase por su torcida mente.

Con la misma facilidad que Petro dice que la cocaína no hace ningún daño a quien la consume, dice que está dispuesto a irse a combatir en Gaza, claro está, sin irse, pero lo dice. Con la misma facilidad que les pide a los soldados del ejército americano desobedecer las órdenes del presidente de Estados Unidos, dice que renunciará a su ciudadanía italiana, claro está, sin renunciar a ella. Con la misma facilidad que dice combatir la corrupción, acepta en su gabinete a todo tipo de bandidos e ineptos y, sin inmutarse, los mantiene en el gobierno a pesar de que no cumplen con el más mínimo requisito para ejercer los cargos y, así sea, con credenciales chimbas y hasta diplomas falsos.

En fin, lo que está pasado no es la recreación de Cien años de soledad en la que Petro se cree Aureliano Buendía o cualquier otro protagonista, sino Crónica de una muerte anunciada en la que los colombianos, incluso muchos de los que votaron por Petro, sabían que a Petro le quedaría grande el cargo de presidente de la República, como ya le había quedado grande el de alcalde de Bogotá. Sin embargo, hay que reconocer que Petro ha superado a Petro. Sí, lo ha superado en estupidez, en desfachatez, en ridiculez. Cada día se ve, en sus posturas físicas e ideológicas, a un ser humano decante, disminuido, perdido, deshilvanado, estropeado y desbaratado. Ya no se sabe que es peor, si verlo u oírlo.

El episodio de la semana anterior en Nueva York fue calamitoso. Todo fue perverso. Fueron perversos sus discursos en el seno de Naciones Unidos y lo fueron también los que hizo en algunas otras reuniones en el marco de su visita. Pero, lo que sí es imperdonable es el discurso en las calles de Nueva York, que, en particular, me hicieron recordar a aquellos loquitos que se postran en plazas públicas subidos en una caneca de la basura para desde allí hablar, y hablar sin parar, para lanzar todo tipo de disparates ante el aplauso burlón de quienes transitan por el lugar.

¡Qué indignidad! ¡Qué forma de degradar la investidura presidencial! ¡Qué ganas de hacerle daño al país! ¡Qué nivel de imbecilidad!

Para rematar, tenemos un gobierno integrado por una manada de locos a los que la insensatez y la indignidad se las entregaron con el mismísimo registro civil de nacimiento, pero, lo que es peor, con la incapacidad de decirle al presidente que se calme, que corrija el rumbo y con la torpeza de aplaudir todo lo que hace el presidente del sindicato de locos, incluso, jugando al más machito gritándole a Estados Unidos “yo también renuncio a la visa” para ganar puntos extras con Petro. ¡Qué falta de carácter!

Y pensar que Petro es el jefe de un retrógrado movimiento paradójicamente llamado progresismo, en el que el decrecimiento no es solo económico sino personal. ¿Qué pensarán algunos dizque intelectuales que votaron por Petro? ¿Arrepentidos?

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Bukaros(25772)03 de octubre de 2025 - 09:37 p. m.
PabloFelipe Robledo, cada dia que pasa esta mas loka
DARIO IGNACIO CUBILLOS GARZON(01727)03 de octubre de 2025 - 07:02 p. m.
yo estoy arrepentido por dar mi voto a este loco, que ya no sabemos con que estupidez diaria va a salir. Agrego a lo dicho por el columnista, el presidente Berto, se cree el mesias, salvador del mundo, pero la droga y el alcohol lo tienen en el limbo entre la estupidez y la decadencia total como ser humano.
  • Bukaros(25772)03 de octubre de 2025 - 09:38 p. m.
    Usted no voto por el, ni en sueños, ud es un godo de siete suelas
Monadrines(28112)02 de octubre de 2025 - 02:20 p. m.
Otro, como los de la oposición tendenciosa y de pocas ideas, solo repiten diatribas contra Petro. Carecen de capacidad de análisis y en especial, no saben nada sobre el bien comun. Aunque fuera algo de silencio si no tienen algo diferente que decir, caería bien.
  • L M(0q2lm)03 de octubre de 2025 - 01:38 p. m.
    Acaso sus diatribas (las de Aureliano) no se salen de todo contexto o lógica? Un solo ejemplo, decir que a Stalin no lo dejaron expandir su “democracia”, Stalin tuvo sobre sus hombros más muerdes que las que causó Hitler sobre los Julio’s, y hoy vivimos como legado con la paranoia de un líder como Putin, amenazando y atracando el mundo “libre”
Monadrines(28112)02 de octubre de 2025 - 02:18 p. m.
Otro, como los de la oposición tendensiosa y de pocas ideas, solo repiten diatribas contra Petro. Carecen de capacidad de análisis y en especial, no saben nada sobre el bien comun. Aunque fuera algo de silencio si no tienen algo diferente que decir, caería bien.
Beezar(53995)02 de octubre de 2025 - 12:20 p. m.
Estoy arrepentido de no haber salido a votar por el centro en el momento indicado. Pero al final tocaba votar por Petro para que los genios como el autor de la columna no llevaran a la Casa de Nariño a la pécora de Rodolfo Hernández.
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