El proyecto de reforma a la justicia, votado a espaldas del país como todo lo que hace este Congreso y auspiciado por el desgobierno de Duque, no tiene pinta de ser una verdadera transformación.
Ciertamente, esta reforma no parece tan importante como la tributaria o la reforma a la salud, y por esa razón es muy común que no exista mayor debate en la sociedad civil, más allá de foros universitarios y de organizaciones académicas que creen que el tema es de expertos juristas, cuando en realidad es un asunto de país que debe congregar a todos, pues es la justicia uno de los pilares fundamentales de la convivencia pacífica.