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Un domingo que me encantó

Pablo Felipe Robledo
01 de junio de 2022 - 05:01 a. m.
"Me encantó es que el segundo lugar lo hubiese ocupado Rodolfo; un candidato con gran capacidad para salirse del molde, el más viejo de la tribu -pero tal vez el más creativo-, el que más fácil dice las cosas, el que con mayor tranquilidad le llega a la gente y el que entendió, desde hace rato, que el principal problema de Colombia se llama la corrupción" - Pablo Felipe Robledo.
"Me encantó es que el segundo lugar lo hubiese ocupado Rodolfo; un candidato con gran capacidad para salirse del molde, el más viejo de la tribu -pero tal vez el más creativo-, el que más fácil dice las cosas, el que con mayor tranquilidad le llega a la gente y el que entendió, desde hace rato, que el principal problema de Colombia se llama la corrupción" - Pablo Felipe Robledo.
Foto: AFP - JOAQUIN SARMIENTO

Aunque el candidato de mis afectos Sergio Fajardo sufrió en la primera vuelta una contundente derrota electoral -hidalga y valiente-, no todo lo ocurrido el domingo fue dramático. Esta jornada me hizo sonreír con varias cosas, todas, por demás, importantes para el futuro próximo.

Me encantó que Fico hubiese sido el gran perdedor del día. El problema de Fico era que, aunque estaba rodeado de gente buena, también lo estaba de clanes políticos con probados nexos con el paramilitarismo y el narcotráfico en todas las regiones. La presencia de desgastados expresidentes y de todos los partidos tradicionales en su campaña lo hicieron inviable. Igual daño le hizo ser el candidato del gobierno Duque -agonizante y desprestigiado- que al ungirlo como suyo acabó con ambos.

Con todo esto, era imposible que un candidato como Fico -liviano y chabacán-, apoyado por la rancia clase política tradicional, pudiese ser presidente de Colombia, pues para ello no basta solo tener como virtud ser el más antipetrista del combo y ser garantía de respeto de las instituciones y la Constitución.

Lo otro que me encantó es que el segundo lugar lo hubiese ocupado Rodolfo; un candidato con gran capacidad para salirse del molde, el más viejo de la tribu -pero tal vez el más creativo-, el que más fácil dice las cosas, el que con mayor tranquilidad le llega a la gente y el que entendió, desde hace rato, que el principal problema de Colombia se llama la corrupción. La existencia de políticos corruptos que por décadas -algunos con la tolerancia de los gobiernos y otros bajo su complicidad- se han robado lo que les pertenece a todos los ciudadanos, pero, sobre todo, a los más pobres, es, según muchas encuestas, la principal preocupación de los colombianos, salvo de los políticos, claro.

He insistido en mis columnas -de pronto, en todas- que el cáncer de este país es la corrupción, que ella nos tiene sumergidos en el subdesarrollo, que la gente no tiene mejor justicia, salud, servicios públicos, recreación, deporte y educación, por cuenta de unas personas que desde el poder atracan al erario por considerarlo un botín y que los ladrones de lo público nos han privado de la infraestructura que se requiere para generar empresa, reducir el costo país y así dispensar mayor bienestar social.

No sé si Rodolfo lo dice con mis mismas palabras o no, seguro lo hace de forma más sencilla, pero al fin y al cabo lo dice y con convicción. Mientras esto ocurre, los demás encumbrados candidatos -Petro y Fico- se la pasaban reclutando políticos tradicionales con mala reputación que no aguantan ni una googleada. En el caso de Petro, su “bandera anticorrupción” es el “Pacto de la Picota” y “gozan” de la presencia de indeseables personajillos, cuya lista es larga.

Me encantó, también, que las matemáticas no solo le hayan dañado la fiesta a la campaña Petro, que con tono prepotente y burlón anunciaba no que ganarían, sino que barrerían en primera vuelta. Ello no solo no ocurrió, sino que esas mismas matemáticas le dan posibilidad a Rodolfo de derrotar a Petro, así sea por un exiguo margen (voto finish) en la segunda vuelta. Todo dependerá de cómo se mueven los votantes de otros candidatos y la participación de indecisos y abstencionistas en lo que viene, pues todo voto será determinante. Viene la guerra por el voto a voto.

Como ven no todo es malo. Hay esperanza de que Petro sea derrotado, que al fin y al cabo es el objetivo de un gran sector de Colombia, del cual hago parte. No habría nada peor para esta Nación que ser gobernada por Petro y los secuaces que hoy hacen parte de su campaña, y de los que llegarán en los próximos días provenientes de los partidos tradicionales que se quemaron con Fico, porque lo que sí es evidente es que Petro montará en su campaña un “pabellón de políticos quemados” para afrontar lo que viene.

 

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