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“Saboreando” cocineros (primer grupo)

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01 de julio de 2021 - 02:00 a. m.
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En gran medida, vamos a restaurantes para ver y a ser vistos. Un pensamiento que pone de moda lugares de un día a otro. Pero otros —muchos, en realidad— van a comer. Les propongo hoy un placer mayor: ir en busca no de un lugar; al revés, “ir” tras un grupo ingenioso de cocineros que llevan sus creaciones a tu casa.

Ellos, hasta marzo de 2020, organizaban cenas clandestinas, creaban menús propios y enseñaban. Amantes de su oficio, sin dejar su esencia, continúan al frente de los fogones. Aquí está mi menú de creadores a domicilio.

Juliana Salazar tiene un bello espacio donde dicta clases y se degusta lo aprendido. Para domicilio, prepara todo bajo sus sabios tiempos y sazones, y los empaca al vacío. En cinco minutos de agua hirviendo llega la magia. Su plato de conquista es un jugoso pavo, aunque a mí me sedujo el cerdo. Viene tajado, condimentado, picosito (gracias a la pimienta) y el borde es un chicharrón crocante. Sabe a leña.

Ana María Vargas es magíster en Panadería y Cocina Dulce del Basque Culinary Center, de Barcelona. Sus espectaculares cajas panaderas llegan bajo la marca Maestranza. Salen del horno productos artesanales únicos, como su pan de crecimiento lento de masa madre, papa y queso paipa. Sigo aún con ese sabor. El croissant de almendra, el pancito hojaldrado de chocolate y las almojábanas complementan su artillería deliciosa.

Patricia Álvarez, Juliana Sandoval y Julián Rojas organizaban una de las mejores cenas clandestinas de Bogotá. Una mesa para compartir buenos platos y “sabrosas” conversaciones sobre comida. Ahora con Cocina La Descomunal, la oferta es tan variada como lo son las culturas gastronómicas. Cada semana cambian el menú. Me atrapó su sopa asiática con limonaria, un caldo de pescado, mariscos, chile, leche de coco, tomate fresco y camarones. Después pedí la ensalada de fusilli, pollo, queso y verduras asadas. Me volví fanática de sus caseritos con fríjoles blancos, los cuales traen ají y ahuyama.

Azzam Alkadhi y Ana María Salazar dirigen una de las aperturas saludables más ricas de Bogotá, donde el falafel viene con una excelente compañía: maíz, hogao, quinua, plátano y mango, entre otros. Todo en un pan servilleta, o en un bol, según lo prefieras. El restaurante La Lleva es saludablemente pecaminoso.

Evaluación calidad, lugar, atención y precio (CLAP) de los cuatro: muy buenos.

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Judith(76151)01 de julio de 2021 - 05:00 p. m.
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