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Rabo de ají

Augurios

Pascual Gaviria
10 de enero de 2024 - 02:05 a. m.

Han pasado los tiempos de la histeria y la ilusión, no es hora del temor al acabose ni de las proclamas a la utopía, es el momento de las justas proporciones. Para bien o para mal, la realidad impone mesuras y remedios. El gobierno ha mostrado más sus muecos que sus dientes y lo que llaman la institucionalidad ha respondido con luces y sombras, los alardes del fiscal en unos casos o los fallos cantados de la Corte Constitucional en otros. El Congreso conserva sus formas, más menudeo que ideología, más negociación que debate, pero igual a la hora de las grandes reformas no serán fáciles las pequeñas transacciones. Estamos ante una nueva normalidad, con cambios en el lenguaje y en el traje, con algunos énfasis que podrían tener buenos resultados si el gobierno se concentrara un poco más en el ejecutivo que en el legislativo, con choques inevitables y algunas veces saludables, con ausencias inexplicables y discursos entre astrales y ancestrales. Cunde el desorden, pero no el caos.

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orlando(45745)11 de enero de 2024 - 08:34 p. m.
Se nos diluyó el buen columnista Pascual, cada día más plegado a la derecha. Hasta acá te leí y te querí.
carlos(23084)11 de enero de 2024 - 01:28 p. m.
Le faltó predecir el total respaldo a su candidata urinarcoparamilitar MFC. Gaviria cada día mas aburguesado y propenso a las dictaduras de ultraderecha, lástima el otrora exelente columnista.
alvaro(18137)11 de enero de 2024 - 01:16 p. m.
Me recuerda esta columna cuando se decía que el dolar se dispararia, los empresarios saldría del país, la reforma tributaria arruinaría empresas, etc. Te acordás hermano qué tiempos aquellos?
Chirri(rv2v4)11 de enero de 2024 - 08:20 a. m.
Yo no me voy con este man. Me quedo, mejor, con la esperanza de paz y desarrollo de mi compadre Andrade. Hombre sabio en la vida.
Pedro Juan Aristizábal Hoyos(86870)11 de enero de 2024 - 02:37 a. m.
Es evidente que los antioqueños tienen el conservadurismo hasta en la sangre. Este pobre Pascual lo mismo que su hermano Alejandro por más que viajen se preparen, adquieran cultura y vivan en Bogotá, siguen atados a su recalcitrante pasado. Es difícil que un antioqueño llegue a una verdadera secularización. Por fortuna con el gobierno de G. Petro esta mentalidad antioqueña está perdiendo brillo. Tal vez interpretando a J. G. Vásquez, Rafael Uribe Uribe un autentico liberal fue una luz apagada
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