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Borrar el muro

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Pascual Gaviria
26 de mayo de 2021 - 03:00 a. m.

En 1935 un acuerdo del Concejo de Medellín encargó a Pedro Nel Gómez diez frescos para acompañar desde los muros del cabildo las discusiones públicas. En Colombia las polémicas artísticas comenzaban a hablar de “conciencia social” y representación de las “pulsaciones emocionales del pueblo”. La política había llegado a los primeros salones de arte y los muros en los edificios públicos emblemáticos (Teatro Colón, Capitolio, alcaldías, universidades) eran parte de la lucha partidista. Los frescos de Pedro Nel en el Concejo tenían algunos títulos sugestivos: La muerte del minero, La sopa de los pobres, Maternidad...

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Julio(87145)27 de mayo de 2021 - 02:39 a. m.
"Ven sombras en los muros, les temen a las letras, pretenden dictar la estética e imponer su política. Habitan en viejos tiempos y en carros nuevos.". Y andan muy bien armados para defender a bala sus privilegios, non sanctos, muy seguramente. Muy bien por su columna señor Pascual.
Libardo(10892)27 de mayo de 2021 - 02:19 a. m.
Para eso crearon un ministerio, para burocratizar, para alinear, para cercenar la expresión artística. Cualquiera de las artes que no sea disruptiva, que no sea un alarido en una procesión, es simplemente, propaganda política paga.
Federico(25156)27 de mayo de 2021 - 01:50 a. m.
Que miedo la gente de bien en este país. Peligrosos disfrazados.
Alberto(3788)27 de mayo de 2021 - 12:29 a. m.
¡Qué buena columna! Gracias, Pascual Gaviria.
OFOL(62559)26 de mayo de 2021 - 11:55 p. m.
Excelente descripción, Pascual.
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