El presidente ha decidido abandonar su gobierno. Se ha parado del sillón presidencial para pasarse a la calle y a la silla Rimax en los pequeños coliseos deportivos. Pero no se trata solo de un cambio de escenario, significa una ruptura con su gabinete, su plan de gobierno, la gestión de una administración que parece ajena a la voluntad de su líder. Las cosas malas suceden en las oficinas, pero la voluntad del presidente es inquebrantable frente a la maraña legalista, el software traicionero, el enemigo interno y los funcionarios corruptos que han infiltrado el gobierno del cambio. Desde octubre del 2022 la idea viene madurando:...
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