Publicidad

Recorderis

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Pascual Gaviria
29 de diciembre de 2010 - 02:56 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

ENTRE NOSOTROS SERÁ SIEMPRE UNA exageración hablar de terremotos políticos.

Es mejor llamar caprichos, coincidencias, oportunismos, fatalidades, remordimientos o arrebatos de cordura a los sucesos que rodean a nuestros modestos palacios presidenciales. Me refiero a América Latina y sus presidentes duros y leves al mismo tiempo, a su opinión pública un poco más enamoradiza y más vengativa de lo normal, a sus partidos artríticos, a sus movimientos esperanzadores vistos desde arriba y peligrosos vistos desde abajo. Pero el año que termina tiene sin duda una marca especial.  El 2010 ha dejado algunos puntos finales, otros suspensivos, muchos signos de interrogación y no pocos de admiración, que pueden ser provocados por el miedo, la repugnancia, el dolor o… la admiración. Esta columna, como es obligación por fin de año, intentará una lista de sucesos políticos.

Terminaron su mandato los tres presidentes más populares de Suramérica. Todos en medio de actitudes distintas. El de Colombia sólo se dio cuenta de lo inconveniente de cambiar la Constitución para alargar su período luego de cuatro meses de abandonar la casa prestada: “Puede ser que la historia diga que esa fue una de mis equivocaciones”, dijo el ex presidente Uribe para sorpresa de todos, incluido Luis Guillermo Giraldo. Salió obligado por la Corte Constitucional y no por su convicción democrática. Será un año inolvidable para Álvaro Uribe: perdió el poder y el juicio, me refiero a la cordura, no a algún pleito judicial. En Chile, Michelle Bachelet dejó su cargo con un 81% de popularidad y en medio de acusaciones de la oposición de usar la maquinaria estatal para entregar la presidencia a Eduardo Frei. La primera derrota desde 1988 de los partidos de la concertación honra a la presidenta chilena. Hizo lo que era inevitable en política, pero no abusó de su posición para evitar el triunfo de Piñera. Y Chile mostró una extraña madurez democrática que para muchos puede ser sencilla inconsistencia. Una lección para los inventores del estado de opinión, quienes desprecian la alternancia apoyados en encuestas.

Lula también se fue luego de ocho años de aplausos e indicadores favorables. Dejó a Brasil en una órbita distinta e hizo algo más que Bachelet para que ganara su pupila. Los brasileños no querían que se fuera, pero Lula dejó todo en manos de la superstición: “Espiritistas intentan que el alma de Lula se incorpore al cuerpo de Dilma”. Según parece, el cuerpo de la señora Rousseff ya está ocupado por un alma. Algo parecido a lo que pasó por aquí con el señor Santos.

Pero no fue sólo eso. Chávez perdió el dominio absoluto de la Asamblea Nacional. En las recientes elecciones legislativas la oposición igualó los votos de su partido y demostró que la marea electoral está de su lado y no del de los rojos, rojitos. Pero Chávez ya le dio un manotazo al asunto con la ayuda de cuatro aguaceros. Ecuador demostró que sigue siendo tan frágil que hasta la policía antimotines puede tumbar al presidente con un motín. Correa se dio cuenta de que la arrogancia y las arengas no funcionan jugando de local. En el sur, Argentina perdió su presidente y por fin se vio obligada a elegir a Cristina, mientras las temperaturas de 36 grados incendian a Buenos Aires con pedreas y campamentos de los sin techo en parques y bienes privados. Y a Fernando Lugo se le diagnosticó un cáncer que seguro disminuirá sus fuerzas para gobernar y su apetito sexual. Raúl Castro, por su parte, dijo que si Cuba no cambia se hunde, una muestra admirable de autocrítica. Y Evo le disputó el puesto con sus declaraciones a Alicia Machado y Alan García demostró que sin importar el tamaño se puede pasar desapercibido. “Cuando Dios hizo el edén pensó en América”.

 

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.