Mijaíl Gorbachov murió una semana antes de que aparecieran las peores noticias para Rusia luego de 200 días de operación no tan especial en Ucrania. Un ave de mal agüero, siempre como preludio a los desastres de la Rusia imperial, del malogrado poder soviético. Un aguafiestas, una mancha en la frente altiva de Rusia. Y, de algún modo, un traidor. Dimitri Peskov, portavoz del Kremlin, habló de la dulce y equivocada visión que tenía Gorbachov frente a la amenaza de Occidente: “Esas expectativas románticas no se materializaron. La naturaleza sedienta de sangre de nuestros oponentes ha salido a la luz y es bueno que nos hayamos dado...
Conoce más
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
