Por fortuna Cuba no le hizo caso al presidente Duque, respetó los protocolos que se había comprometido a hacer cumplir y no extraditó a los miembros de la comisión del Eln que están en La Habana desde el 2017, cuando Ecuador renunció a ser sede de los diálogos de paz con la guerrilla y el Gobierno de Santos le pidió al de Cuba que aceptara convertirse en sede de esas conversaciones. Gracias a esa actitud, ahora es mucho más fácil retomar las negociaciones de paz con el Eln en el punto en que las dejó Santos.
Sin embargo, esa postura de honrar su palabra y su condición de país garante le ha generado a La Habana problemas serísimos,...
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