Es una vergüenza que, aunque sea por un día, tengamos de fiscal general (e) a Martha Mancera, quien tiene sobre su espalda tantos indicios graves de haber favorecido a personas vinculadas al narcotráfico.
Francisco Barbosa se dedicó a investigar a sus contradictores, taparles las marrullas a sus amigos, hacer política con la Fiscalía —porque sueña con una candidatura presidencial aunque no tiene ni una posibilidad de éxito— e inflar su ego tan descomunal que toca con lo ridículo. Ido él, nos deja de sucesora a su mano derecha: la señora Mancera, abogada con una trayectoria de cerca de 20 años en la Fiscalía, pero con sombras en su...
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