La forma como el fiscal general Francisco Barbosa está despidiendo su periodo no puede ser más lamentable. Hay dos hechos icónicos del desastre de su gestión: por un lado, su prácticamente nula labor para esclarecer los asesinatos de los firmantes de paz y sus autores intelectuales; por otro, su empeño en hacer lo posible para que no avance el proceso contra el expresidente Álvaro Uribe, de modo que se llegue a la preclusión del caso.
En cuanto al primer punto, según datos suministrados a esta columna por Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia, en el último trimestre del año pasado la...
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