La forma como el fiscal general Francisco Barbosa está despidiendo su periodo no puede ser más lamentable. Hay dos hechos icónicos del desastre de su gestión: por un lado, su prácticamente nula labor para esclarecer los asesinatos de los firmantes de paz y sus autores intelectuales; por otro, su empeño en hacer lo posible para que no avance el proceso contra el expresidente Álvaro Uribe, de modo que se llegue a la preclusión del caso.
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La forma como el fiscal general Francisco Barbosa está despidiendo su periodo no puede ser más lamentable. Hay dos hechos icónicos del desastre de su gestión: por un lado, su prácticamente nula labor para esclarecer los asesinatos de los firmantes de paz y sus autores intelectuales; por otro, su empeño en hacer lo posible para que no avance el proceso contra el expresidente Álvaro Uribe, de modo que se llegue a la preclusión del caso.
En cuanto al primer punto, según datos suministrados a esta columna por Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia, en el último trimestre del año pasado la Fiscalía no logró ni una sola condena para autores de crímenes contra firmantes de paz. De los 498 ataques que, desde el comienzo del proceso, ha habido contra las llamadas personas en proceso de reincorporación, la Fiscalía solo ha obtenido 71 condenas; entre ellas, dos por crímenes contra mujeres, seis por crímenes contra afrocolombianos y 14 por crímenes contra indígenas. De esas condenas, solo cinco, es decir, el 1 %, han sido contra autores intelectuales. Según Rodrigo Londoño, antiguo comandante de las FARC, hoy jefe del Partido Comunes, “debido a la impunidad en la etapa de investigación, que es responsabilidad de la Fiscalía”, no se ha podido adelantar en el conocimiento de esos autores intelectuales.
Esa es una falla gravísima de la Fiscalía que puede tener repercusiones muy negativas en otros procesos de paz.
En cuanto al proceso contra el expresidente Uribe por fraude procesal y soborno a testigos, la actuación de la Fiscalía de Barbosa no puede ser más vergonzosa: luego de dos intentos fallidos de preclusión, el fiscal general asignó al fiscal 10 delegado ante la Corte, Andrés Alberto Palencia, quien el martes, cuando vencía el término para que se pronunciara sobre el caso, renunció dizque por razones relacionadas con la “salud de su familia”. Entonces la Fiscalía delegó al fiscal 12 delegado ante la Corte, Víctor Salcedo, con el fin de que asumiera la investigación, para lo cual dice que dispondrá de otros 90 días. Pero, según reveló el periodista Daniel Coronell, ese nuevo fiscal está impedido para asumir el caso porque alguna vez se pronunció al respecto. Además, según el senador Iván Cepeda, víctima en ese proceso, el término que venció el 10 de enero no tenía un carácter personal y, por lo tanto, “la renuncia al cargo del fiscal Palencia no le permite a la Fiscalía General de la Nación atribuirse términos adicionales para realizar actividades investigativas”. Agrega el senador que, luego de que la justicia negó dos solicitudes de preclusión del caso Uribe, “a la Fiscalía no le queda un camino distinto a presentar, de manera inmediata, escrito de acusación contra Álvaro Uribe Vélez. En caso de no presentar escrito de acusación”, concluye el senador, “la Fiscalía estaría allanando el camino de la prescripción”.
Como corolario hay que decir que sería muy triste para un hombre combativo y de carácter como Álvaro Uribe que se dijera que su caso terminó en una prescripción facilitada por un fiscal de bolsillo. Y que los caminos que ha escogido el fiscal Barbosa —de arrodillamiento en el proceso contra el expresidente Uribe y de ineficiencia en las investigaciones por asesinatos de líderes sociales y firmantes de paz— hacen que se consagre como uno de los peores fiscales generales que ha tenido el país.
www.patricialarasalive.com, @patricialarasa