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Gracias, Felipe

Patricia Lara Salive
13 de noviembre de 2020 - 03:00 a. m.

Se acabó Semana. Es muy triste aceptarlo: llegó a su fin esa revista, la nuestra, la que reflejaba el pensamiento de un gran sector del país, el de las ideas liberales, el que esperaba que los medios fiscalizaran el poder y no se arrodillaran ante él.

Terminó ese sueño. No solo se acabó porque renunció su director, Ricardo Calderón. Lo fue solo por un mes, pero antes había sido director de investigaciones durante 20 años; se ganó, entre otros, dos de los principales premios de periodismo en el mundo —el Rey de España y el Maria Moors Cabot—; resistió toda clase de amenazas y sobrevivió a un atentado; publicó las más documentadas investigaciones, entre ellas la de las chuzadas, la del intento de resurrección de los falsos positivos por parte del anterior comandante del Ejército, la de corrupción en sus filas... en fin, informes que pusieron a temblar al poder.

Y no solo se acabó porque además renunció Alejandro Santos, también Premio Maria Moors Cabot, quien dirigió la revista de manera acertada durante 20 años. Y porque después renunciaron muchos redactores y se retiraron el irremplazable Antonio Caballero; la valiente María Jimena Duzán; el brillante caricaturista Vladdo; el director editorial, Rodrigo Pardo, y el editor general, Mauricio Sáenz, como antes había renunciado Daniel Samper Ospina. Y porque la gerente uribista había botado a Daniel Coronell, el mejor columnista del país, y a ese gran investigador que es Ariel Ávila. Se acabó, ante todo, porque se va Felipe López, ese genio del periodismo y de las relaciones que se lo inventó todo, ese psicólogo perspicaz capaz de captar el secreto más profundo que esconde cada personaje, llámese entrevistado, empleado o amigo.

Se va Felipe, el creador del equipo, el fundador y el sostenedor de ese sueño. Se retira Felipe, el alma de esa publicación y de esa empresa que durante 36 años sostuvo solo, primero aguantando las pérdidas en los tiempos iniciales y luego disfrutando las mieles de la bonanza. Pero hace menos de dos años, consciente de cómo la crisis de los medios, especialmente de los impresos, amenazaba con hacer desaparecer su revista —esa a la que le entregó su vida y, hasta el martes, le dedicó todo su tiempo, toda su inteligencia, que es asombrosa, y toda su energía—, encontró un socio al que le vendió la mitad de la empresa, con la condición de que no interviniera en la parte editorial de la revista y solo se ocupara del nuevo proyecto digital. Sin embargo, esos territorios sagrados fueron invadidos. La marca de la revista, algo tan sagrado, tan difícil de conservar, tan intangible pero tan importante, se fue deteriorando y llegó un día —el pasado martes— en que todo explotó y de Semana solo quedó el recuerdo.

Hoy me resta no más decirle a Felipe: ¡gracias! Gracias por haber construido ese emporio periodístico liberal, como lo fue su padre. Gracias por haberlo mantenido él solo durante 36 años. Y gracias por haber sabido renunciar a tiempo.

Nota. Ahora que ganó Biden la Presidencia de EE. UU., el presidente Duque tendrá que replantear su política interna, cual camaleón: ya no podrá seguir poniéndole zancadillas al proceso de paz, haciéndose el de la vista gorda con la parte de la implementación que no le gusta y aplicando solo la que le gusta; ya tendrá que priorizar el respeto a los derechos humanos; ya va a tener que deshacerse de su Juan Guaidó, porque lo probable es que Biden busque una salida negociada en Venezuela, en fin, ya va a tener que ver cómo cambia de piel sin que se le note tanto...

www.patricialarasalive.com, @patricialarasa

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Martha(25230)14 de noviembre de 2020 - 03:34 a. m.
Yo creía que sabía leer, pero hoy leyendo lo que algunas personas en contra de Semana escribieron, me quedo sumida en un galimatias ilegible.
Pablo(88449)13 de noviembre de 2020 - 09:37 p. m.
Totalmente de acuerdo con Patricia Lara sobre el clamor, lamentantación y queja sobre la extinción de la maravillosa revista Semana.Queda en manos del clan de los prepotentes Gilinski hacer periodismo amarillo,barato y mediocre en cabeza de la reina anodina Victoria (que en periodismo bien hecho es debacle) Eugenia Davila.
Julio(25062)13 de noviembre de 2020 - 09:34 p. m.
Vendrán otros intentos de informar .Quedan varios interrogantes : siendo los antiguos dueños de Semana miembros de la más alta alcurnia colombiana y por lo tanto con acceso a muchas fuentes de información , casi ilimitada , ¿ nos contaron toda la verdad o se limitaron a darnos un somero brochazo de nuestras vergüenzas y desventuras?. Este país está podrido hasta la médula y muerto del miedo .
  • Julio(25062)13 de noviembre de 2020 - 09:54 p. m.
    La mayoría de la prensa colombiana a caído en malas manos :negociantes, fulleros , atracadores , estafetas del chisme y celestinas del genocidio .Más por fortuna también hay un semillero de periodistas de vocación que hacen a diario denuncias como esta : https://www.lanuevaprensa.com.co/component/k2/multado-banco-del-grupo-aval-por-faltas-en-el-control-de-lavado-de-activos-del-crimen
Gonzalo(03064)13 de noviembre de 2020 - 07:35 p. m.
Mi sentido pésame por la muerte de la revista Semana. De revista de investigación e información a pasquín de farándula y campaña política.
humberto jaramillo(12832)13 de noviembre de 2020 - 04:45 p. m.
Se acabó la revista que hacía preguntas y decía por qué las hacía. Ahora, con Vicky Dávila al frente tendremos una revista que no hará preguntas, que solo dictará consignas emanadas del subpresidentico amanuense del patrón e iluminadas con miedos y sin ningún argumento, sólo miedos, odio, prejuicios y cinismo..
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