“¡Lo que quiero es escribir, carajo!”

Patricia Lara Salive
21 de julio de 2023 - 02:05 a. m.

Las cartas del Boom, que acaba de publicar Penguin Random House, contiene las cartas que se cruzaron entre 1955 y el 2012 los escritores Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa. Es un texto lleno de anécdotas que lo vuelven indispensable para los aficionados a descubrir las costuras de los libros y los detalles íntimos de la vida de sus autores.

“He aquí la noticia”, le escribe Gabo a su amigote Carlos Fuentes el 30 de julio de 1966. “Se acabó Cien años de soledad”. Luego viene lo sorprendente: su obsesión por la precisión de los datos. Dice: “Pulo los últimos [capítulos] con unas dificultades de información más o menos tremendas: hoy necesito saber cuáles eran los métodos medievales de matar cucarachas, cuánto pesaban 7.214 doblones de cuatro, encontrar alguien que me traduzca un diálogo al papiamento y unas veinte exquisiteces más, pero ya estoy al otro lado. En la drástica reducción final, todo quedó reducido a 550 cuartillas, pero mi ilusión es que agarren y tengan que ser leídas de una sola sentada (…) En agosto la mando a Suramericana (...) Tiemblo de miedo y espero a ver qué pasa”.

Sobre la angustia económica escribe: “La novela del dictador ya me atropella y necesito ver qué hago, pues no tengo derecho a someter a Mercedes a la prueba que le hice con Cien años de soledad. Hemos pasado ocho meses muy duros, estamos en la ruina y cargados de deudas que tengo que pagar de aquí a diciembre para empezar el otro libro en enero”.

A propósito de que los comentarios no le habían sido favorables a La casa verde, de Vargas Llosa, García Márquez le menciona a Fuentes su eterna pelea con los críticos: “A mí me gustaría que los cabrones gacetilleros se sentaran a escribir un libro para que sepan cómo es la cosa y no hablen tan a la ligera”.

La inseguridad sobre la calidad de sus textos recién escritos aparece una y otra vez. El 30 de septiembre de 1966 le escribe a Fuentes: “De pronto me asaltó el terror de que en realidad no había dicho nada en 500 cuartillas y me encerré con el neurótico propósito de hacerla otra vez de otro modo. Todo se redujo, por fortuna, a unos cuantos machetazos (…) ya está en Buenos Aires. La mandé sin mostrársela a nadie. Te imaginarás cómo estoy todavía esperando que los lectores de Suramericana me manden a decir que es una mierda”.

Y siguen las dificultades: “Por ahora estoy haciendo trabajos espantosos en publicidad y la situación mejora, pero cada día me convenzo más de que este no es mi camino. ¡Lo que quiero es escribir, carajo!”.

Hasta que le llegan la gloria y la plata. Pero el miedo sigue: “Cien años sigue vendiéndose como salchichas (…) La editorial Suramericana me ha resultado estupenda: me liquidan mis sustanciosos derechos con una religiosidad asombrosa, y esto me está permitiendo hacer a largo plazo los planes europeos que estaban previstos como cortos y estrechos (...) Mercedes, con su vieja sabiduría egipcia, lo ve y no lo cree. Yo simplemente estoy asustado, aunque trate de que no se me note”.

Nota. Qué bien que el emisario presidencial de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, y su homólogo chino, Xie Zhenhua, representantes de los países más responsables del calentamiento global, se hayan cocinado a 36 ° C en Pekín. ¿Será que ahora sí creen que la vaina es en serio y van a hacer algo efectivo para aminorar el cambio climático?

www.patricialarasalive.com, @patricialarasa

 

crivera08(76574)21 de julio de 2023 - 11:06 p. m.
Perseverar en medio de las dificultades. Superar temores, dudas, inseguridades. Arriesgarse a recibir críticas despiadadas, posiblemente crueles y eventualmente injustificadas. Exponerse a rechazos, penurias económicas, incomprensiones. ¿Cómo no admirar y agradecer a aquellos escritores que nos han enriquecido con sus alucinantes mundos interiores convertidos en hermosos escritos?
Pablo(88449)21 de julio de 2023 - 10:54 p. m.
Qué apacible columna.
Pedro(18355)21 de julio de 2023 - 01:45 p. m.
La muy brillante Clara y yo estudiábamos al muy brillante Hegel para presentarle un examen oral al muy brillante Danilo Cruz, decano de Filosofía, Uniandes. Llego a su casa a estudiar (14 horas). Pero en la puerta, ella me estrella un libro en el pecho y espeta, -- Váyase y lea esto. Mientras no lea esto, no estudiamos. Entonces me leí Cien Años de Soledad de una sentada. Fue hace medio siglo pero todavía no termina de explotar en mi cabeza esa gran revelación: Colombia, es esto. Y no lo otro.
  • Gines de Pasamonte(86371)21 de julio de 2023 - 02:03 p. m.
    De acuerdo Pedro. Tres veces la he leído y siempre me asombra su extraordinaria calidad, al igual que “El amor en los tiempos del cólera”. Saludos.
Gines de Pasamonte(86371)21 de julio de 2023 - 01:18 p. m.
Considero Patricia que el libro de la señora Laura Ardila, será el más apetecido, disputándole el sitial a “cien años”. El libro que reseñas de la editorial Alfaguara, promete ser todo un éxito, de hecho, lo compré, más lo tengo en espera hasta acabar el último ejemplar de William Ospina: “Pondré mi oído en la piedra hasta que hable” publicado también por Random House. Saludos.
  • Gines de Pasamonte(86371)21 de julio de 2023 - 05:24 p. m.
    Aclaro: Apetecido en ventas, JAMÁS en calidad.
DONALDO(67774)21 de julio de 2023 - 11:01 a. m.
No le extrañe, Patricia, que la respuesta a su interrogante final sea la elección de Trump; ese sería el apocalipsis y el destino trágico del ser humano: ser encarnizado enemigo de sí mismo.
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