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Un centenario y una desilusión

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 Paula Samper Salazar
05 de agosto de 2025 - 05:05 a. m.
“Me queda el consuelo de que Orlando Fals Borda no tuvo que vivir este gobierno, porque ¡vaya desilusión se habría llevado!”: Paula Samper Salazar.
“Me queda el consuelo de que Orlando Fals Borda no tuvo que vivir este gobierno, porque ¡vaya desilusión se habría llevado!”: Paula Samper Salazar.
Foto: Cortesía de Colprensa
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Este mes se cumplen 100 años del nacimiento del profesor Orlando Fals Borda, quien ha sido llamado el padre de la sociología en Colombia. Por motivos familiares, tuve el privilegio de crecer muy cerca de él y fui testigo de su incansable trabajo por el país. Por eso me atrevo a dirigirme a él en tono familiar. Orlando vivía para sus investigaciones. Viajaba por todo el país conociendo culturas, recorriendo regiones y comunidades; después, escribía y escribía, cuando no había computadores. Lo veo en mis recuerdos sentado en una máquina de escribir, con su música clásica romántica a todo volumen, y luego corrigiendo a mano cada página. Así publicó más de 50 libros que son claves para la historia de Colombia y en especial del Caribe colombiano.

Estudió sociología por una casualidad de la vida, pues su madre, no contenta con que él había optado por una carrera militar, le consiguió una beca en Estados Unidos. Se centró en el sector rural colombiano y los campesinos. Si bien la sociología tiene un método científico, siempre insistió en que ante todo era humana e impulsada por los sentimientos. Amante de la música, goloso, sencillo y humilde. Nunca hizo alarde de su sabiduría. Los niños que jugábamos en su casa nunca hubiéramos creído si nos hubieran dicho que era un personaje con fama mundial. Así de sencillo era.

Fundó la facultad de sociología de la Universidad Nacional, junto con Camilo Torres; sus libros Campesinos de los Andes y El hombre y la tierra en Boyacá son textos clásicos y estudios seminales de la sociología rural. En 1963 publicó con Guzmán y Umaña el que quizás fue su libro más famoso: La Violencia en Colombia. La década del 80 la dedicó con ahínco a su Historia doble de la Costa. Su principal legado es el método de investigación acción participativa o IAP, que buscó transformar la realidad social del país desde las comunidades, con los directamente afectados por los problemas sociales. Cumplió también lo que Alfredo Molano llama “un papel trascendental” en la redacción de la Constitución del 91.

Orlando y su esposa María Cristina Salazar, la primera mujer con doctorado en sociología en Colombia, fueron pioneros en el pensamiento de izquierda en nuestro país, pero murieron antes de ver que a Colombia llegara un presidente de izquierda.

No voté por Petro porque recordaba su desastroso paso por la Alcaldía de Bogotá. Pero pensando en estos dos sociólogos y en lo mucho que trabajaron por el país, alcancé a ilusionarme con la elección de un presidente diferente que trabajara con ahínco en la eliminación de la pobreza y en una transformación social. Recuerdo que su primer discurso ante la ONU me emocionó. Y, por supuesto, ver tantos jóvenes esperanzados a mi alrededor que votaban por él me hizo recordar a esa pareja con la que crecí. Pensé que estarían orgullosos. Pero hoy, al final de este cuatrienio, no se siente sino desesperanza, impotencia y la sensación de haber perdido una oportunidad histórica.

Es difícil que después de este ensayo en el que todo salió tan mal, un presidente de centroizquierda vuelva a ser elegido. Con todos sus desaciertos este gobierno pareciera no darse cuenta de que ha cimentado aquella tesis de sus detractores de que solo la derecha sabe gobernar. El discurso de cambio y transformación se quedó en eso: en una desilusión. Me queda el consuelo de que Orlando no lo tuvo que vivir, porque ¡vaya desilusión se habría llevado!

 Paula Samper Salazar

Por Paula Samper Salazar

Abogada bogotana. Esta columna es una opinión personal que no representa a las organizaciones a las que pertenezco o asesoro.
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Guillermo(n5sqs)10 de agosto de 2025 - 05:13 p. m.
Al igual que la columnista vote ilusionado por este proyecto político "progresista", sin embargo con el pasar del tiempo Petro mostró su verdadero talante y demostró que nos tenía engañados. Tosco, megalómano, inculto, algo atorrante y poco riguroso en su fundamento dscursivo, son algunas de las falencias que le vimos estos tres años.
María Isabel Flórez(11708)07 de agosto de 2025 - 03:08 p. m.
Completamente de acuerdo con usted.
Mario OROZCO G.(16018)06 de agosto de 2025 - 11:47 p. m.
Excelente columna y la verdad monda y lironda. Yo también voté ilusionado y hoy comprendo que cometí el mayor error de mi vida.
Mario OROZCO G.(16018)06 de agosto de 2025 - 11:47 p. m.
Excelente columna y la verdad monda y lironda. Yo también voté ilusionado y hoy comprendo que cometí el mayor error de mi vida.
Hernando Escobedo(58851)06 de agosto de 2025 - 10:48 p. m.
Como observo que Paula S.S. tiene acceso noticioso, me atrevo a sugerirle que no abandone estas oportunidades para construir solidaridad y participación democrática que tanta falta nos hace; es innegable que se malogró esta ocasión de mejorar la democracia colombiana, lo que presiona y apura a seguir intentando los objetivos que se perseguían.
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