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Hoy Maduro acaba con el sueño de Chávez

Pedro Viveros
10 de enero de 2025 - 05:05 a. m.
“Así hoy tome juramentación, Nicolás Maduro lo hará frente a un “moribundo socialismo del siglo XXI””: Pedro Viveros
“Así hoy tome juramentación, Nicolás Maduro lo hará frente a un “moribundo socialismo del siglo XXI””: Pedro Viveros
Foto: AFP - FEDERICO PARRA
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Con posesión o sin ella, Maduro entierra los 24 años del sueño de su jefe político: Hugo Chávez.

El 2 de febrero de 1999, ante una enardecida Asamblea de Diputados, el ex coronel paracaidista, golpista y candidato por primera vez a la presidencia de su país, juraba el cargo con una frase que hoy cobra bastante vigencia: “Juro ante esta moribunda constitución”. En frente de Hugo Chávez, con gélido rostro y con pose de afanado expresidente, estaba uno de los responsables de la debacle partidista venezolana de fines del siglo XX, el dos veces presidente de Venezuela, Rafael Caldera. Ese día comenzaba la implementación de un ideal que la región y el mundo conocería como “la revolución del socialismo del siglo XXI”.

El fondo de ese ideal no era otro que reivindicar las añoranzas del antiguo socialismo de inicios del siglo XX que siempre tuvo –y tiene– nostálgicos desde su presentación en sociedad. En palabras de los “teóricos” de esa corriente, fortalecida en 2005 en el Foro Social Mundial, era restablecer los fallidos intentos de estatización de las naciones que profesaba el socialismo y que tuvo como pretensiones la “planificación democrática” y la negación de la libre propiedad. La propuesta chavista se regó por todo el subcontinente.

De un momento a otro, Ecuador, Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, Bolivia. Honduras, Nicaragua y, por supuesto, el régimen cubano fueron persuadidos por una corriente que mostraba un derrotero fortalecido por los “petrodólares” de la “Venezuela Saudita” de Chávez. Se inventaron nuevas instituciones multilaterales, todo a cargo de PDVSA, como el ALBA y Unasur para potenciar el discurso por América Latina, exclusivamente motivados por el lejano y fracasado legado socialista. Como toda campaña permanente buscando mantenerse en el poder, necesitaba un enemigo visible y poderoso. Se les apareció un “enemigo común”: los golpistas de 2002 y el rechazo a las ideas que los Estados Unidos mostraba hacia el régimen. Con esos ingredientes, unido a la carismática figura de un líder izquierdista como Chávez, la permanencia en Miraflores les garantizó apoderarse de los otros poderes estatales como las cortes judiciales. Todas estas “reformas” del socialismo del siglo XXI fueron enmarcadas, para buscar “legitimidad”, en la refrendación popular. Siempre las ganó el chavismo, salvo en una ocasión donde el excoronel reconoció su derrota y en la que buscaba su permanencia en el poder de forma indefinida y ampliar los alcances de su presidencia. Lo único que detuvo su ambición fue la muerte en 2013, pero en sus estertores encomendó su alma política a su canciller, Nicolás Maduro.

Sin duda, el pensamiento absolutista de Hugo Chávez recayó en manos del más mediocre de sus “tenientes políticos”. Nunca en los siguientes once años en el poder pudo potenciar apoyos a su gestión. El país retrocedió en todos los ámbitos. La economía colapsó. Las ventajas del petróleo se diseminaron entre múltiples obligaciones, todas con sentido político, y la cruda realidad del grifo de PDVSA. El éxodo no se hizo esperar. El fracaso del liderazgo de Maduro, unido a los cambios políticos y sociales mundiales, así como la pandemia del Covid 19, permitieron que los venezolanos y el mundo contemplaran otras formas de gobierno por “fuera de la caja del socialismo del siglo XXI”.

La generación de “la revolución chavista” ya no está. No hay “colchón ideológico” donde puedan abrevar los adoradores del excoronel y mucho menos seguidores reales maduristas. Los apoyos son burócratas armados que sostienen bajo el terror un grupo de fracasados chavistas que intentan, a como dé lugar, sostenerse en un solitario palacio presidencial. No existen evidencias palpables que permitan identificar con hechos las gestas de lo que fue (o debió ser) el socialismo del siglo XXI. Incluso, desconociendo uno de los valores tutelares de Chávez: las votaciones

Así hoy tome juramentación, Nicolás Maduro lo hará frente a un “moribundo socialismo del siglo XXI”.

@pedroviverost

 

OSWALDO(59142)11 de enero de 2025 - 07:36 p. m.
Que ingenuo eres!
Heliodoro(58669)11 de enero de 2025 - 12:20 p. m.
Por fortuna tenemos otras lecturas a tus diatribas .Don Pedro Vivaracho
Gilberto(4359)10 de enero de 2025 - 11:06 p. m.
"Venezuela es un país que se bebe a chorros el Whisky y el petróleo" dijo alguna vez el Sr. Rafael Caldrea siendo Presidente, pero no hizo nada por cambiar esa situación y hoy vemos los resultados de esa política. "Ta barato, dame 2" decían los venezolanos cuando iban a pasear a Miami, hoy apenas si consiguen lo necesario para comer.
Pompeyo(18990)10 de enero de 2025 - 08:52 p. m.
Independiente de los acontecimientos derivados del 28 de Julio, hoy 10 de Enero lo que queda claro aparte del juramento de Maduro, es el fracaso de la derecha antichavista; sencillamente, era un globo inflado por los "grandes" medios que no se cansan de hacer el ridículo, pasando noticias mentirosas de Venezuela. A estos, también, se les cayo la cartera.
Pedro(86870)10 de enero de 2025 - 08:46 p. m.
Hola opositor promedio, Chavez nunca fué nada interesante para Venezuela. Era igual a la vieja izquierda ignorante en economía. Los progresistas de hoy, como Petro, Lula, Borich, Sheinbaum, y el de Uruguay tienen futuro. Saben de economía
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