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Rudy, el rudo inmigrante

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Pedro Viveros
23 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.
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El mundo se debate entre los que queremos conocer las vivencias del otro, respetar a los que llegan a nuestros linderos, enriquecernos con lo que trae el extranjero y aquellos que los repudian o ven con ojos desconfiados, al punto de adjudicarles los males que sus dirigentes, por incompetencia o por ideología, no pueden resolver. De vez en cuando hay temas sobre los cuales no se puede ser neutral, uno de esos, es la inmigración. Colombia no ha sido receptor de migraciones. Nuestra cultura siempre fue más parroquial. Cómo seremos de enconchados en nosotros mismos que cuando perdimos Panamá el país no reaccionó contra nadie, no hubo ni siquiera un grito de nacionalismo tan en boga en el mundo a principios del siglo XX.

Por esta razón, el libro “Así lo recuerdo”, del exministro Rudolf Hommes, enriquece profundamente lo virtuoso y difícil de ser migrante. La búsqueda del autor por los orígenes de su padre, de quien la colombiana mamá de Hommes tenía una historia light acerca de la llegada de este alemán a Colombia, cuyo pasado para el propio hijo tenía varios vacíos. Para no hacer un spoiler de estas amenas e interesantes páginas, el progenitor resultó ser un exiliado por causa de su proclividad a ser antinazi y veleidoso con las ideas comunistas en esa Alemania donde el único palo de salvación que quedaba para combatir esa maquina de muerte creada por Hitler era tomar partido.

Mientras describe el hijo esa incesante búsqueda de respuestas sobre el pasado de Rudolf senior, permite conocer el aporte que varios extranjeros le entregaron al país por medio de la fundación de la Escuela Normal Superior de Bogotá que tenía como objetivo educar una élite pedagógica para que se desempeñaran como maestros. Esta oportuna idea se vio truncada por la mirada mezquina e ideologizada de los “godos laureanistas” que los combatieron soterradamente hasta marchitar esta herramienta educativa que hubiera ayudado grandemente para potenciar a nuestros profesores. En otras palabras, una nueva ceguera a la visión de nuevos vientos que traen siempre los que emigran.

Años después, al propio Rudolf hijo le tocó ser migrante en Estadios Unidos. Como si la historia de acomodarse de nuevo en otro país se repitiera, esta vez no como exiliado, pero de pronto peor porque ser colombiano en esa nación en pleno auge del hipismo, de la guerra fría y de las luchas intestinas norteamericanas por los derechos civiles, ser latino debió ser rudo, para Rudy. La narración resulta interesante porque el ingenio de Hommes y la rigidez gringa le ayudaron a encontrar su perfil como economista. Es el resultado de una mezcla de un joven acucioso con hambre de experimentar la vibrante época de cambios en esa nación, de todo orden, sin perder su origen alemán y boyacense. Una raíz que le ayudó a recorrer toda suerte de empleos, de ciudades, de camas, de porros, de aulas, en fin, de vida para traerla al país y ayudar a la creación de programas académicos basados en la experiencia humana y profesional que solo un hijo de migrante y como inmigrante puede cosechar.

Esta confesión de parte que expone un hoy más izquierdista Hommes, sirve como ejemplo de los aportes que los venidos de “otro mundo” pueden entregarle a nuestra sociedad. Razón tiene el escritor cuando relata su respuesta a Juan Gossaín, otro migrante, al preguntarle a Rudolf ¿cómo se combinaban en su casa el orden alemán y la indisciplina de los colombianos? La respuesta no pudo ser más clara: “El alemán bailaba hasta la madrugada, a veces encima de la mesa del comedor, y la que ponía el orden, llevaba las finanzas y era la autoridad era la colombiana”.

@pedroviveros

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juan(9371)24 de marzo de 2021 - 02:03 a. m.
Es un chiste, un personaje tan económicamente rudy.
Atenas(06773)23 de marzo de 2021 - 03:25 p. m.
"Ni tanta lumbre q' queme al santo ni tan poca q' no lo alumbre". Dos cosas se desprenden del deslumbre del columnista con Hommes. 1º Q' tal lumbrera en materia económica fue fuerte impulsor del neoliberalismo hoy nos tiene pagando tamaño precio y al borde del abismo, y en soc. d pobres enemigo acérrimo de los subsidios ha sido.2º Parroquiales somos frente a la inmigración, son la salvación.
Contumaz(likt7)23 de marzo de 2021 - 09:29 a. m.
...repulsa al cultismo a la personalidad...es un tipo como cualquiera...esa superlativa retórica es innecesaria y algo peligrosa... uno nunca sabe que megalómano va y se la cree!...Rudy, hágame el favor, pensé que era una chica...amiga de mimi.
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