A raíz de la conmemoración de los 40 años de la tragedia del Palacio de Justicia, los colombianos revivimos el horror causado por los guerrilleros que desataron los hechos, pero también por el Ejército, que hizo uso excesivo de la fuerza y llevó a cabo la operación de “rescate” con torpeza, brutalidad y falta de profesionalismo, para después incurrir en torturas y desapariciones. Hace unas semanas pudimos ver otra vez los mismos excesos y errores cuando, en dos favelas de Río de Janeiro, donde habitan unas 300.000 personas, una acción policial que trataba de dar un golpe a una de las facciones criminales más grandes del Brasil...
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