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Dramas y culebrones

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Piedad Bonnett
13 de agosto de 2023 - 02:00 a. m.
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En un país que tiene mucho humor, da grima ver la solemnidad y el encono –y la hipocresía– con que un montón de gente ha mostrado su indignación con los que llaman “telenovela” el escándalo de Nicolás Petro. Se les olvida que una de las funciones del humor es, precisamente, desmitificar el poder, que es susceptible siempre de ser caricaturizado, y que el melodrama, con sus énfasis y excesos, también nos permite vernos como sociedad. Ya Monsiváis y Jesús Martín-Barbero señalaron que los latinoamericanos representamos en las telenovelas, a través de estereotipos y tratando de conmover al público, el “ideal” estético y moral al que aspiramos.

Y en la novela que ha desatado Nicolás Petro sí que hay estereotipos. Comenzando por el drama pasional que le dio origen, y que podría enunciarse como “esposa celosa decide vengarse del hombre que la traicionó por otra”. Esa otra es Laura Ojeda, una abogada que fue participante de Protagonistas de Nuestra Tele, un reality show para ganar un contrato de actuación. Tanto Laura como Day responden, precisamente, al estereotipo que la imaginación patriarcal imagina como ideal, voluptuosas y de cabellos largos y rubios, hasta el punto de llegar a parecerse. Tola y Maruja, que no dejan títere con cabeza, dieron en el clavo: “No nos interesa el contenido político de este pantanero que armó el hijo calavera del presidente. Nos intriga es la chismografía de Nicolás y sus dos barbis”.

Al público de telenovelas le apasionan el sufrimiento injusto, los secretos familiares, la lucha entre pobres y ricos y entre el bien y el mal, el castigo a los malvados, el final feliz. Ojalá con un o una protagonista a quien un golpe de suerte le permita un repentino ascenso social. Tal vez el final no sea tan feliz en esta tragicomedia, pero de lo otro hay mucho, y la truculencia aumenta cuando sabemos que en el reparto abundan los mafiosos dispuestos a todo, y los corruptos que ahora pagan por un escondrijo. Según Martín-Barbero “El melodrama hace que las telenovelas tengan un efecto participativo”, que consiste en estar en vilo frente a la trama. ¿O ya no se acuerdan los escandalizados de que las calles de las ciudades quedaban vacías a la hora de Café o de Betty la fea? Y lo que mueve la trama es generalmente una lucha de uno de los personajes por el reconocimiento. Papel que en esta trama le corresponde al hijo, que después de sentirse abandonado por un padre “frío y distante”, hizo méritos para ganar su reconocimiento, aunque por el camino le ganó la ambición, y que hoy pide comprensión y compasión, el sentimiento que el melodrama mejor explota.

Aunque no lo parezca, las obras de Shakespeare tienen un trasfondo de melodrama. La diferencia es que sus personajes son complejos, y que su lenguaje no está lleno de lugares comunes, sino que es poético, capaz de revelar lo más hondo de la experiencia humana. Pero allí también hay una esposa ambiciosa, Lady Macbeth; en Rey Lear, dos hermanos con nombres casi idénticos, Edgardo y Edmundo, el uno aceptado por el padre, y el otro enfurecido porque no lo es; y un reparto enorme de traidores, ambiciosos, malvados y cortesanos aduladores. En una u otra clave, burlesca o dramática, se trata de una vieja historia, otra vez representada.

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blanca(17546)14 de agosto de 2023 - 12:15 a. m.
Espectacular columna: en Colombia todas las semanas hay material para hacer novelas al por mayor, con much@s artistas que aparecen socavando la ira, el insulto, el miedo a perder el poder. Novelas con títulos propios: Mancuso y sus verdades, zuluaga e hijo en campaña, Petro hijo y su celosa esposa que posa de protagonista y artista sin reemplazo. Barbosa, Ma. Fernanda y su bochinche de perseguidos.... si seguimos no acabamos.
Hugo(14000)13 de agosto de 2023 - 10:37 p. m.
Doña Piedad cita a intelectuales que tienen un estereotipo del "latinoamericano" y sus melodramas,que son interesantes pero no necesariamente ciertos;luego se refiere a Shakespeare autor de un melodrama y concluye que es una "vieja historia".Aquí y allá está el "factor humano".Cuando"un melodrama"pero real involucra a mandatarios,como en los casos Profumo y Clinton hay gran ruido nacional,como acá,sobretodo cuando median grandes cantidades de dinero ilícito y otros posibles delitos .
Alberto(3788)13 de agosto de 2023 - 09:35 p. m.
Y la hermana de Daysuris se llama Gleydis... Como actor de reparto, nuevamente, el coloso Alex Char, al que la fiscalía, de nuevo también, NO roza ni con el pétalo de una flor.
jairo(19688)13 de agosto de 2023 - 09:04 p. m.
"Tus hijos no son tuyos..."
Giraldo(196)13 de agosto de 2023 - 07:09 p. m.
Ya es mucho cambio que la prensa reconozca que no son mas que unos novelones los publicados escándalos que le hacen a este gobierno y que de sustancia, mas bien poco.
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