Los viejos han sido las principales víctimas de esta pandemia, pero la dimensión de su tragedia pareciera desdibujarse detrás de las meras cifras, que la vuelven abstracta. Sin embargo, cada tanto lo concreto —el conocimiento de un caso cercano, un testimonio en la prensa o las tremendas noticias sobre las muertes múltiples en hogares de ancianos— nos permite sentir y dolernos del drama de estas muertes en la más triste soledad, sin siquiera rituales que dignifiquen su despedida.
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Perder las ramas
13 de junio de 2021 - 03:00 a. m.