Publicidad

Vivir a la intemperie

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Piedad Bonnett
23 de febrero de 2025 - 05:07 a. m.
"Cada vez que veo un habitante de calle pienso en que alguna vez fue niño y en que tuvo una madre": Piedad Bonnett.
"Cada vez que veo un habitante de calle pienso en que alguna vez fue niño y en que tuvo una madre": Piedad Bonnett.
Foto: Secretaría de Integración Social
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Según el nuevo censo de habitantes de calle en Bogotá, hoy hay 10.478 personas que deambulan por la ciudad en condición de indigencia, un 10 % más que en 2017. Es una cifra enorme si se la compara con los 4.100 habitantes de calle que hay en Nueva York. En cada lugar las razones que llevan a vivir en la calle son distintas: en Nueva York se debe a la falta de vivienda asequible, a la crisis inmobiliaria y últimamente a los traslados masivos de migrantes sin papeles que han hecho algunos gobernadores de estados como Florida y Texas. En Bogotá, dolorosamente, el principal factor es el conflicto familiar (38 %), que incide aún más que el consumo de drogas (29,4 %).

Porque siempre me ha interesado el tema del habitante de calle, escribí hace unos años la historia de un joven que termina en la indigencia. Cada vez que veo un habitante de calle pienso en que alguna vez fue niño y en que tuvo una madre, y me pregunto dónde estuvo el quiebre, cómo se dio la transición. Qué violencias lo hicieron dejar su techo. Cómo fue su primera noche a la intemperie, dónde hace sus necesidades —cuando de todas partes los echan sin compasión— y en cómo se alimenta, cómo se baña —si lo hace— y hasta qué punto se deshumaniza. Mis investigaciones de entonces me hicieron saber que muchas veces el consumo de alcohol o de drogas no es la causa de que vivan en la calle sino la consecuencia. Lo hacen para resistir la precariedad, el miedo (un tercio de ellos teme por su vida) y probablemente la tristeza, aunque muchos de ellos la disfracen de cinismo. Leo en el informe que el 5 % ha intentado suicidarse.

Hay una tercera razón para que estas personas terminen en la calle: el empobrecimiento. Y no puedo dejar de pensar en que ese es un posible destino de algunos de los miles de desplazados de este país o del extranjero, que llegan a las ciudades con lo que tienen puesto, en ocasiones a mendigar en una esquina. De los foráneos, que equivalen al 10,65 % del total, el 97 % son venezolanos. Y hay una cuarta causa: el 8 % ha escogido la calle libremente, por decisión propia. Aunque nos resulte extraño, para muchos la indigencia absoluta es una forma de libertad y también de rechazo a las obligaciones, a la competitividad, a la idea de ser útil que impone la normatividad social. Vivir a la intemperie es para ellos una forma de vida elegida que debemos respetar. Y hay una última cosa que el estudio no ahonda: muchos de los habitantes de calle tienen una enfermedad mental, generalmente no reconocida en su entorno. Eso no los hace necesariamente peligrosos e internarlos a la fuerza, como quiso hacer un alcalde neoyorquino, sería una violación a sus derechos.

Aunque el Distrito y algunas asociaciones hacen la difícil y loable tarea de asistir a los indigentes en sus necesidades, es claro que a veces las autoridades los maltratan y que la sociedad los estigmatiza, los rechaza y hasta los mata, como pasó hace unos años en Barranquilla, donde sus cuerpos fueron vendidos como material para clases de medicina; o como sucedió con los “falsos positivos”, cuyas víctimas fueron muchas veces indefensos habitantes de calle. No olvidemos que son ciudadanos con derechos, y que mirarlos a los ojos les puede devolver, aunque sea por unos segundos, la dignidad perdida.

Conoce más

Temas recomendados:

 

ELI(so60u)27 de febrero de 2025 - 05:14 p. m.
Pensé que era de las pocas personas que piensan así y se cuestionan sobre esta situación que se vive en todo el planeta. Para mí una de las causas de esto, son las maternidades no deseadas, planeadas, esperadas y aceptadas, la usencia del sentido de responsabilidad frente a la vida propia y del ser que vendrá. Se ha deshumanizado o idealizado y romantizado la maternidad. Si pensáramos realmente lo que eso significa y será a futuro, se haría un control natal a conciencia, no el "tocó"
Manuel Gilberto Rosas diaz(85839)24 de febrero de 2025 - 07:23 p. m.
Y con la gran desigualdad que tenemos en Colombia las cifras de habitantes de calle e indigentes solo se incrementara’. Seri’a importante si los gobiernos pusieran cartas en el tema y tener una política definida para buscar la forma de re socializar a tanto joven que al final caen en la droga y en la delincuencia.
Ramón Gómez Peña(23795)24 de febrero de 2025 - 05:20 p. m.
Piedad, declaro mi amor por usted.
Edgar de Jesús Arguelles Betancur(20047)24 de febrero de 2025 - 01:23 p. m.
Don Mario Giraldo comentó aquí, haciendo mención a estudios al respecto sobre la pobreza y que reúne el escritor Rutger Bregman en el libro "utopía para realistas" defendiendo la propuesta económica de "la renta básica universal". Cuánto bien le haría al Senado de Colombia, escuchar la voz del mencionado escritor.
Edgar de Jesús Arguelles Betancur(20047)24 de febrero de 2025 - 01:13 p. m.
Este no es un tema menor. Observe como crece y crece y las políticas sociales y los políticos senadores callan y callan. El asunto no tiene nada que ver con ellos pero cuando la sociedad llora y se atormenta al sufrir sus efectos, emprenden acciones de asistencia que no logran solucionar el problema porque se ha salido de sus precarios presupuestos asignados. Ese tema exige presupuestos bondadosos y ambiciosos que la codicia y la ambición gubernamentales unida a la corrupción, no lo permiten.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.