Entre cartones y competencias

Rafael Orduz
15 de febrero de 2022 - 05:00 a. m.

El mundo del trabajo está cambiando a pasos de gigante. La pandemia ha acelerado el ritmo y países como el nuestro no pueden sustraerse de los nuevos escenarios. Hay y habrá nuevas oportunidades en el mercado local y mundial, siempre y cuando nos preparemos en la adquisición de competencias, particularmente las digitales, que van de la mano de las socioemocionales. Mandato más que válido en un país con las exorbitantes tasas de desempleo juvenil y el nivel de informalidad laboral cercano al 50%.

Se debate si el número de los ocupados desplazados por la irrupción de nuevas tecnologías será superado por el asociado a los nuevos roles laborales. Según Coursera, la respuesta es que sí*. A partir de datos del Foro Económico Mundial (FEM), el informe estima que la automatización habrá destruido en 2025 alrededor de 85 millones de trabajos (2021 a 2025) y que 40% de las competencias básicas de los trabajadores cambiarán. En contrapartida, habrá 149 millones de nuevas ocupaciones basadas en nuevas tecnologías.

El riesgo, sin embargo, consiste en que, a pesar de la demanda por nuevos puestos de trabajo, se percibe, a escala mundial, escasez de talento preparado. Parece ser el caso, también, en Colombia con la ya conocida queja de la falta de oferta de 80 mil ingenieros de sistemas, desarrolladores y otros que las empresas requieren.

Si la demanda de las nuevas ocupaciones supera con creces el número de trabajos que se extinguen ¿qué hay que hacer? En un mundo globalizado por fuerza de las tecnologías, en el que, en teoría, es posible residir en Zipaquirá o en un municipio (conectado) de la Costa Atlántica o en Nariño, ¿por qué no aprovechar la nueva demanda?

Sin duda, la batalla no pueden darla sólo los individuos. El desafío sólo puede enfrentarse de manera mancomunada: las empresas, las instituciones educativas (especialmente de educación superior), los gobiernos, las asociaciones gremiales y profesionales y, por supuesto los individuos (trabajadores y empleados en riesgo de desplazamiento tecnológico, estudiantes, jóvenes que ingresarán en los próximos años al mercado laboral) deben ir de la mano.

Entre varios hitos determinantes, tanto el gobierno como el sector empresarial deben cambiar el “chip” del enganche de personal basado en roles por el de un enfoque sustentado en competencias. Los departamentos de RRHH de uno y otro siguen operando con la filosofía de los perfiles de los roles y la calificación basada en cartones.

En segundo lugar, de la mano del anterior, la cultura debe ser la del “aprendizaje de toda una vida”. Cualquiera que sea la ubicación dentro del sistema formal educativo o del eslabón en el que se participe en las cadenas productivas, la permanente actualización y adquisición de competencias es un mandato. Con mayor razón para aquellos cuyas ocupaciones corren el peligro de ser desplazadas en los próximos años.

Tercero, no tiene sentido la adquisición de competencias “duras” en el ámbito digital si no van acompañadas de las llamadas “blandas”, un conjunto de competencias de orden cognitivo, social y emocional. El pensamiento crítico, la interpretación de la información, la capacidad de tomar decisiones, de comunicarse, la inicitaiva y creatividad, forman parte de las primeras. La crisis provocada por la pandemia ha hecho más clara la necesidad de la resiliencia, la empatía, la inteligencia emocional. En un mundo laboral con la tendencia a escenarios híbridos y remotos, serán competencias imprescindibles.

Con el desarrollo de la tecnología, de la inteligencia artificial, el aprendizaje automático (machine learning), hay aún enormes espacios para los humanos: la interpretación de información, la construcción de narrativas, la toma de decisiones, el pensamiento crítico.

Sólo falta la empatía entre los actores, gobierno, empresas, universidades, para actuar con propósitos comunes: prepararnos para los cambios profundos en los mercados laborales.

* The Job Skills of 2022, Coursera.

 

Arturo(82083)16 de febrero de 2022 - 05:16 a. m.
"Si la demanda de las nuevas ocupaciones supera con creces el número de trabajos que se extinguen..." Absurdo! valido cuando los coches de caballos fueron sustituidos por automotores porque la mayor productividad genero un elevado crecimiento del PIB mundial. Pero hoy el PIB mundial no puede seguir creciendo, so pena de que explote ambientalmente el planeta. Por lo tanto, cuando un nuevo robot
  • Arturo(82083)16 de febrero de 2022 - 05:29 a. m.
    ingresa a la "fuerza laboral" le quita el trabajo a 10 personas y le crea un nuevo trabajo a 1. Para mantener la fuerza laboral humana coexistiendo con la creciente fuerza laboral artificial para un Producto que no podra seguir creciendo, es necesario reducir significativamente el tiempo de trabajo de la fuerza laboral humana, y esto implica cambiar totalmente el obsoleto sistema laboral vigente
Atenas(06773)15 de febrero de 2022 - 08:44 p. m.
Muy interesante columna, a tono con la abstrusa realidad a escala global en materia laboral. Sí no nos adaptamos al entorno seremos especie en extinción. Quienes generamos empleo mucho sabemos de cuánta incompetencia hay, aún entre aquellos q’ muy ufanos andan con su cartón en la mano.
PEDRO(90741)15 de febrero de 2022 - 03:26 p. m.
Cuenta regresiva: faltan 173 días para que termine este gobierno derrochador de los recursos públicos. Colombia necesita unos dirigentes que sean honestos, transparentes y buenos administradores del erario.
WILSON(19257)15 de febrero de 2022 - 02:09 p. m.
Lo último dicho, sólo es posible hacerlo con el Pacto Histórico y Gustavo Petro. La ciencia, la tecnología, EL SABER, lo garantizan éstas fuerzas progresistas.
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