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Casi que unánime fue la votación en el Senado para elegir a Fernando Carrillo como nuevo procurador y ello además de que confirma sus inocultables capacidades electorales, es un buen comienzo.
En efecto, un funcionario elegido por tan aplastante mayoría esperamos que sea independiente, porque en estricto sentido no es deudor de ningún partido político ni de gamonal alguno.
En esta ocasión la terna no era de uno, pues cualquiera de los tres habría podido desempeñarse en tan alta dignidad. Jorge Fernando Perdomo hizo una campaña decorosa en la adversidad, porque fue notorio que el gobierno lo vetó. En el caso de María Mercedes López resultó siendo víctima de que la hubiesen ternado precisamente para suceder a Ordóñez, porque el Partido Conservador no merecía repetir en la Procuraduría. Los goditos quedaron en deuda, por lo que fueron estos tormentosos ocho años de persecuciones y de indelicadezas de Ordóñez y su banda, tantas y tan mezquinas que ahora nos venimos a enterar que el arribista exprocurador planeó todo para que a su retiro pudiera contar con una flota de carros y un ejército de escoltas pagados por el erario para que lo cuiden con su ambiciosa y entrometida cónyuge, sus hijas, yernos y nietos. Ello no es raro, antes viajó por cuenta de dineros oficiales, mientras hacía política partidista.
De Carrillo no hay que esperar milagros, sino que haga todo lo contrario de lo que fue la nefasta procuraduría de Ordóñez. No es labor fácil; el Ministerio Público atraviesa su peor hora, está politizado por completo, los procuradores regionales son cuotas políticas, los juicios disciplinarios son por lo general retaliaciones contra los críticos y opositores, o sirven de pretexto para fortalecer alianzas a partir de absolver sin razón a los amigos, copartidarios y compañeros en la fe católica y lefebriana. La corrupción en el sector público ha crecido a niveles insospechados, porque quien debía vigilar y sancionar andaba imponiendo su fe ultracatólica, y de su mano persiguiendo o absolviendo, según el marrano. Como si eso no fuere suficiente, recientemente ingresaron a la entidad un batallón de nuevos profesionales que participaron en un cuestionado concurso realizado por la desconocida Universidad de Pamplona, que dejó sospechas y comentarios adversos.
El nuevo procurador que ya no es el joven Carrillo de la séptima papeleta sino un experimentado hombre público que se mueve como pez en las turbulentas aguas de la alta política, tiene que saber que ahora le lloverán las adulaciones y homenajes de esos lagartos de siempre, muchos de los cuales anidaban en la corruptela de Ordóñez mientras posaban de gobiernistas. Da risa ver desde ya cómo ciertos editorialistas y columnistas, cuando advirtieron que Carrillo tomó la delantera en la carrera para convertirse en procurador, se dieron a la tarea de ponderarlo con zalamería repugnante, por decir lo menos. Los oportunistas de siempre, entre los cuales deambulan también uno que otro magistrado de alta corte y hasta encumbrados exfuncionarios de este Gobierno, querrán seguir participando del festín burocrático al que fueron convidados por Ordóñez, y obviamente tocarán la puerta de su sucesor para pedirle puestos y canonjías. La inmensa mayoría de los colombianos anhelamos que Carrillo sepa decir No desde el inicio.
La Procuraduría hoy agoniza, de eso no hay duda. A Carrillo le corresponde el inmenso reto de rescatarla del hoyo negro donde está, y además demostrar que en un país donde se adoptó el sistema penal acusatorio todavía es útil esta entidad.
Y, claro, es un alivio saber que al frente de tan importante entidad ya no estará alguien torpedeando el proceso de paz en nombre de sus personales convicciones religiosas e intereses politiqueros, o persiguiendo a las mujeres y a la comunidad LGTBI.
El itinerario está trazado, ojalá que a Fernando Carrillo le vaya bien, y él tiene como salir avante, porque este país no resistiría otro cuatrienio de una corrupta y perversa procuraduría.
Adenda. Que no desfallezcan los estudiantes y jóvenes que están acampando en la Plaza de Bolívar exigiendo que haya Acuerdo entre gobierno y Farc, ni tampoco los marchantes de la paz. Ni un paso atrás.
notasdebuhardilla@hotmail.com
