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Ambientalistas extremos IV

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Ramiro Bejarano Guzmán
14 de diciembre de 2014 - 02:00 a. m.
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Con ocasión de mi primera columna sobre los excesos de los ambientalistas, una cuadrilla de intolerantes no sólo pretendieron intimidarme con una grotesca demanda ante la SIP, sino que asaltaron este periódico con una carta en la que me descalificaban con impedimentos inexistentes, pero no revelaron los millonarios contratos que detentan en varias entidades oficiales, donde influyen en la política ambiental de la nación, sin asumir responsabilidades públicas.

Faltando datos de otros municipios, los firmantes de esa misiva son beneficiarios de los siguientes contratos.

1.- Guillermo Rudas Lleras: Ha suscrito cinco contratos de asesoría con la Contraloría General de la República (CGR) y la Secretaría Distrital del Medio Ambiente por $ 390.225.500,oo. (http://goo.gl/x9qIRv).

2.- Héctor Julio Fierro Morales: Contratista de la CGR, Ministerio del Medio Ambiente, Parques Nacionales Naturales de Colombia y Secretaría Distrital del Medio Ambiente con 14 contratos por $673.308.341,oo. (http://goo.gl/dVZuHt).

3.- Luis Álvaro Pardo Becerra: Contratista de la CGR con dos contratos por $133.630.000,oo. (http://goo.gl/XhFc8a).

4.- Rodrigo Elías Negrete Montes: Contratista de la CGR, Ministerio del Medio Ambiente, Parques Nacionales Naturales y Secretaría Distrital del Medio Ambiente con 14 contratos por $559.350.576,oo. (http://goo.gl/xn81UL ).

5.- Mauricio Cabrera Leal. Contratista de la CGR y Ministerio del Medio Ambiente con contratos por $ 182.337.000,oo, además funcionario de la CGR hasta enero de este año. (http://goo.gl/Wd2HUO).

6.- Fernando Alberto Vargas Valencia: Contratista de la CGR con dos contratos por $ 117.500.000,oo. (http://goo.gl/JNzOk6).

Esa es parte de la camarilla que de manera cómoda y antidemocrática decide la política ambiental, sin tolerar la opinión disidente. Estos personajillos orientaron la desastrosa política de control fiscal que con odio ejerció la excontralora Morelli y están detrás de otras decisiones que afectan el desarrollo sostenible, sin que nadie pueda pedirles cuentas. Por ejemplo, las graves denuncias del alcalde de Vetas sobre la situación que atraviesa su municipio por los abusos de los ambientalistas, según su carta publicada en este periódico (http://goo.gl/gE4vRn), situación dramática ignorada por el filoecólogo Antonio Caballero, son una buena señal de que el tema ambiental necesita sacudirse de los feudos podridos que lo gobiernan.

A propósito, Antonio Caballero critica que en vez de enfrentarme a poderosos funcionarios como suelo hacerlo, haya optado por hacerlo con ambientalistas, como si fueran unas monjitas de la caridad. No ha oído jamás el refrán de que es mejor negociar con un terrorista que con un ambientalista. Pero Caballero, experto en pontificar, me recomienda que vaya al oftalmólogo, cuando es él quien no ve lo que está a la vista de todos: el medio ambiente tiene unos dueños fastidiosos que viven deliciosamente del mismo sin correr riesgos, además afectando el desarrollo. Le convendría más a Caballero viajar por el vecindario a ver si se entera de que en Panamá, Venezuela, Ecuador y Perú, a pesar de los ambientalistas, construyeron formidables carreteras, mientras aquí seguimos con la infraestructura que él transitaba en su ya lejana añorada niñez para gozar del medio ambiente que hoy tampoco le pertenece. 

Adenda. Hace 24 años al exprocurador Alfonso Gómez Méndez le llovieron rayos, centellas y editoriales en contra cuando destituyó a varios oficiales comprometidos en la retoma brutal del Palacio de Justicia en 1985. Hoy la Corte Interamericana, con los mismos argumentos de entonces, le ha dado la razón. Vivir para ver.

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