La entrevista que los periodistas Federico Gómez Lara y Silvia Charry hicieron a Nicolas Petro, publicada en la revista Cambio, deja muy mal parados al presidente Gustavo Petro y al exfiscal Francisco Barbosa. Según el vástago presidencial, cuando estaba arrancando su ruidoso proceso que aún no termina, Barbosa visitó a Petro en la Casa de Nariño y a su manera camaleónica le habría pedido que la mejor solución para bajarle al pleito contra Petro Jr. era dejar a Mancera como Fiscal encargada.
Barbosa ha negado esta versión de Nicolas, la cual, por el contrario, Petro sí confirmó pero no cuando debió haberlo hecho sino solo ahora. A pesar de que fueron varias las inconsistencias del delfín presidencial en su reportaje, sí parece verosímil el relato sobre el sucio episodio con sabor a chantaje.
En su momento también la revista Cambio y el reporte del periodista Daniel Coronell dieron cuenta de una reunión ultrasecreta en la casa de uno de los ministros del gabinete un día antes de que la Corte tenía programado elegir fiscal, a la que concurrieron Petro, Mancera, Laura Sarabia, y el vicefiscal encargado Hernando Toro. Lo que revelaron estos periodistas fue que por espacio de 40 minutos Petro y Mancera se reunieron en un salón separado de los otros asistentes y hablaron en secreto. Nadie ha desmentido ese encuentro.
Si el presidente y la fiscal encargada se reunieron con sigilo en la casa de un ministro el 6 de marzo de 2024, eso calza con el “favorcito” que Barbosa le había pedido a Petro para que dejara a Mancera encargada de la Fiscalía. Y también fortalece el rumor que corrió sobre la molestia de Barbosa porque a esa reunión clandestina nadie lo invitó, sobre todo a él que ya había dejado huellas de que prefería que su sucesora fuera precisamente la Mancera.
¿De qué podían estar hablando Petro y Mancera unas horas antes de que la Corte eligiera la nueva fiscal y terminara el efímero encargo y reinado de la Mancera? No tengo duda de que el tema fue la permanencia en el cargo de la fiscal encargada, bajo la indebida propuesta —o amenaza— de que ella podría ayudar a Nicolas. No fue casualidad que Barbosa desfilara por medios de comunicación haciendo campaña por Mancera, prometiendo que era la mejor indicada para proteger la institucionalidad.
La cosa no resultó como se planeó porque, cuando se filtró que iba a ganar Luz Adriana Camargo, resultó que otra candidata de la terna renunció mal y tardíamente a su aspiración, lo que obviamente amenazaba con la desintegración del trío, y ante ello la Corte no le dio más vueltas al asunto y eligió a Camargo. Allí murió la aspiración de Mancera y también la de Barbosa, contando con el silencio cómplice del mandatario.
De Barbosa son reiterados sus abusos e indelicadezas —por decir lo menos— como el denunciado por Nicolas Petro; por ejemplo, se hizo blindar a costa del erario el apartamento donde vivía que luego vendió sin restituirle al Estado el sobreprecio que debió recibir por cuenta del costoso blindaje, y enseguida compró otro inmueble que también le blindaron con platas oficiales.
Genio y figura. Esa es la fase supuestamente seria de Barbosa —la más auténtica expresión de la justicia del gobierno malvado y perseguidor de Duque— porque tiene otra ridícula y risible, como candidatizarse a la presidencia para luego declinar dizque porque no tenía garantías de seguridad, pues, entre otros excesos, pretendió que lo llenaran de más escoltas y más carros blindados de los que custodian a la Fiscal Camargo. Ahora es alfil de otro precandidato parecido a él.
Creo que la acusación de Nicolás es veraz y por eso debería investigarse exhaustivamente este episodio que, de haber ocurrido como se ha relatado, sería lo más parecido a una extorsión. Pero si no ocurrió, también hay que investigarlo, porque los colombianos no podemos quedarnos con la “duda mortal” de que hablara Racine, de que un fiscal pretendió extorsionar a un presidente y que aquí todos dijimos “deje así”.
Adenda No 1. Hizo bien el Consejo de Estado al regular las irrespetuosas y extenuantes alocuciones televisadas del presidente Petro con las que ha monopolizado la información y ultrajado el Estado de derecho. Ahora solo falta que tampoco acate esta orden judicial.
Adenda No 2. Acierto universal de la Academia noruega otorgar el premio Nobel de Paz a María Corina Machado, la valerosa opositora a la dictadura de Maduro.