Notas de buhardilla

Bocón al desnudo


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Ramiro Bejarano Guzmán
18 de agosto de 2024 - 05:05 a. m.
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Se desgastan dialécticamente los abogados penalistas interpretando el macabro video del agónico estilista que fuera asesinado al parecer por su hermano, según lo tiene establecido hasta ahora la justicia.

En efecto, los penalistas se han entregado al estéril ejercicio de analizar el video, unos pontificando que no lo pudo grabar el moribundo sino un tercero porque además hay sombras, otros que esta prueba ocultada no altera la condena que ya fue impuesta. Discusión solo para criminalistas pues se concreta a conjeturas sobre sucesos que a lo mejor nunca sepamos cómo se desarrollaron.

El asunto es de mayor envergadura y tiene que ver con el descrédito de la justicia penal y la responsabilidad del charlatán exfiscal, Francisco Barbosa, hoy nuevo alfil del conservatismo en ese itinerante ajedrez político al que se habituó el hombre mejor preparado de su generación, según lo expresó en memorable y ridícula ocasión.

La presentación noticiosa que hizo Caracol TV de este suceso fue impecable, pues no se limitó a divulgar el aterrador video de quien estaba despidiéndose de este mundo, sino que recordó que Barbosa, sin ningún pudor, en una rueda de prensa anunció como un éxito lo que con los años ha resultado un desacierto mayúsculo.

No todos hemos olvidado que Barbosa, en su tono prepotente y vanidoso, les dijo a los colombianos que su fiscalía, sin haber recibido un solo testimonio, había llegado a la verdad de este escandaloso crimen. Es decir, el fiscal reclamó como triunfo que se hubiere podido acusar velozmente al hermano e hijo de los occisos.

Como aquí suelen convertir en semidioses a quienes detentan y abusan del poder (como está ocurriendo con una señora altanera que le habla al oído a Petro), Barbosa cobró el “acierto” de haber cerrado el caso de marras tan rápidamente y no hubo nadie que lo pusiera en duda. Para eso era el fiscal general de la Nación: para perseguir críticos y ayudar a amigos, Y, además, para mentir impunemente sobre el alcance de su gestión y la de sus subalternos.

Por lo que debe responder la nefasta Fiscalía de Barbosa hoy es por haber faltado a la verdad cuando se auto felicitó por haber conseguido tener tras las rejas a un señor que además había confesado ser el asesino. Lo que los penalistas no se atreven a censurar, porque temen al ente investigador y porque saben que esa audacia se la pueden cobrar en futuros pleitos, es: ¿cómo fue posible que esa Fiscalía tan ruidosa hubiere preferido mantener guardado el video y no lo hubiese exhibido en el juicio?

El problema no es si ese video incrimina más o definitivamente absuelve al que está condenado. Lo que está en juego es el criterio con el que se exhibían o sepultaban las evidencias. Eso habla mal del ente dirigido entonces por Barbosa. El comunicado reciente de la Fiscalía con el cual innecesariamente pretendió limpiar faltas de la anterior administración es preocupante: en efecto, que la Fiscalía haya entregado o no el celular que conservaba el video a los abogados del detenido, o que ni estos ni los mismos investigadores hubiesen advertido su contenido, ello no purga la imborrable equivocación de no haberlo hecho público, tanto más cuanto que el encartado, si bien admitió los cargos, luego se retractó alegando que había sido objeto de presiones indebidas. O será que esa Fiscalía tuvo el temor de que revelando este audio sería verosímil la versión de que quien aceptó cargos sí había sido presionado. Tampoco lo sabremos.

Si la Fiscalía permitió que este desastre pasara en un asunto tan mediático, da miedo pensar lo que puede ocurrir en los miles de expedientes represados. Difícil creer que esa ligereza fue un hecho aislado y que esa Fiscalía acierta cuando acusa. No, el balance de este enredo es que Barbosa fue un pésimo fiscal –comparable con Néstor Humberto Martínez- que, si en este país hubiera justicia, debería estar sentado en el banquillo de los acusados por perseguir a opositores y críticos, y por hacer de la institución una pavorosa y temible organización.

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Adenda No 1. Me resisto a creer que la Corte Suprema sea capaz de ternar a Gregorio Eljach como candidato a Procurador. Si eso ocurriere, el Senado elegiría a su tortuoso secretario general casi que por unanimidad. Apague y vámonos.

Adenda No 2. Proponer como solución para la crisis de Venezuela un Frente Nacional de alternación es olvidar que aquí eso fue un pacto de impunidad que generó desigualdad, violencia y un cuestionado proceso electoral que hizo presidente al mediocre Misael Pastrana.

notasdebuhardilla@hotmai.com

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Gladys(69771)22 de agosto de 2024 - 02:31 p. m.
Vale su opinión
Javier(qfigf)21 de agosto de 2024 - 12:15 p. m.
La administración de justicia en manos de los corruptos y delincuentes, ese es el peor castigo para nosotros como colombianos. Barbosa, Martinez y Cabello son solo una muestra de lo nefasto que es la justicia.
Jaime(16399)21 de agosto de 2024 - 12:01 a. m.
Hasta en Netflix se hizo un documental sobre la gloriosa investigación de este crimen, donde "Barbosita" aparece como el impecable investigador, que nunca ha sido. Es cierto, en Colombia endiosan a los que se mueven en camionetas blindadas, con escoltas, ahora hasta los guerrilleros rasos los mueve la UNP por todo el territorio. Endiosaos, pues.
Jose(4255)20 de agosto de 2024 - 11:36 a. m.
Barbosa,Duque y ahora Petro;insignificantes,nos deben su género.
Soledad(tmo4c)19 de agosto de 2024 - 10:09 p. m.
Gracias por presentarnos la otra cara de la moneda, Dr. Bejarano. Excelente columna.
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