Publicidad

Candidato en apuros

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Ramiro Bejarano Guzmán
19 de junio de 2016 - 02:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Hizo bien el pleno de la Corte Suprema de Justicia al no haber sucumbido a la impresionante campaña mediática que el mismo día en el que tuvo lugar la audiencia en la que rindieron sus explicaciones los candidatos a fiscal general, se promovió para que eligiera inmediatamente al sucesor de Montealegre.

La verdadera autonomía e independencia de la Rama Judicial no empieza en revivir el esperpento de la Sala Administrativa del Consejo de la Judicatura, sino en ser capaz de decidir en contra de lo que quieren poderosos medios y destacados comunicadores.

Hablemos claro. A pesar de la sutileza y timidez de sus respaldos, el candidato a fiscal de la mayoría de los medios, y en particular de cada uno de los columnistas de El Tiempo que han escrito sobre el tema, incluido, quien lo creyera, Alfonso Gómez Méndez, en otros tiempos cercano a la familia de Reyes Echandía, es sin duda Néstor Humberto Martínez (NHM). No les falta razón, al fin y al cabo NHM es de esa casa periodística, pues además de haber sido miembro de su junta directiva ha sido cercano colaborador de ese diario. Nada hay, pues, de raro, en que Martínez goce de esas preferencias, que en mi sentir, como van las cosas, lo pueden estar perjudicando. Lo que habría que preguntarse es si esa gran prensa que hoy anda entregada a la aspiración de NHM sería capaz de ejercer su labor con independencia de resultar designado fiscal.

En efecto, si el mismo día de la supuesta elección del fiscal, en varias estaciones radiales, también militantes de la causa de NHM, daban por cierto que su adorado candidato sería prácticamente aclamado con 17 votos, la Corte debió haber sopesado que su primer gesto de libertad era no darles gusto a quienes están presurosos y nerviosos porque se dilate el proceso de designación del jefe de la Fiscalía.

Quienes quieren que NHM sea fiscal tienen todo el derecho de acariciar esa esperanza, pero tienen que calmarse y admitir inclusive la posibilidad de que el candidato que consideran formidable pueda ser derrotado, en la seguridad de que si el ungido es otro (a), el país tendría un magnífico fiscal.

Lo que se sabe es que a NHM no le fue del todo bien en su presentación ante los magistrados, no solo porque muchos de ellos no se tragaron íntegramente sus declaraciones de amor y solidaridad con las que se empeñó en mostrarse como viejo amigo de la Corte, sino porque su tesis desastrosa de despenalizar la violencia intrafamiliar y el feminicidio prendió unas alarmas que aun hoy siguen sonando fuertemente, a pesar de los defensores de oficio que han salido hoy a apoyar esa solución.

Tal es el desespero de los amigos de NHM que han llegado inclusive a proponer que como en una primera votación obtuvo el mayor número de votos, deberían de una vez darlo por ganador con apenas 13 sufragios. ¡Ni más faltaba! La Corte no puede desconocer su propio reglamento, que le impone un número mínimo de 16 votos para escoger fiscal, porque sería inaceptable que la máxima autoridad de la justicia ordinaria, para satisfacer a algunos comunicadores, decidiera inaplicar sus propias reglas. Además de ilegal, eso sería inmoral. Por lo demás, de ser cierto que con las primeras señales de una votación como estas ya se sabe quién va ser ganador, en el caso de la elección de los papas nos habríamos perdido de más de uno de los pontífices que en la primera ronda no obtuvieron el respaldo del colegio de cardenales.

Dar por elegido a NHM porque ya obtuvo 13 votos es ignorar groseramente el derecho de las minorías en la Corte a oponerse a su nombre, y exponer su escogencia a una anulación segura. De no haber sido por esas minorías enhiestas que en el pasado se opusieron a dos ternas de innombrables propuestas por Uribe, a lo mejor el fiscal habría sido un amanuense del gobierno de la seguridad democrática.

Como en la famosa canción, NHM va tener que pedirles a cada uno de sus patrocinadores “Ay amor, ya no me quieras tanto”.

Adenda. El nuevo código de Policía es arbitrario y peligroso para la democracia. Ojalá la Corte Constitucional le ponga punto final a los abusos de ese estatuto.

notasdebuhardilla@hotmail.com

Conoce más

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.