Era inevitable que esta campaña suscitara episodios intimidantes contra uno de los candidatos más opcionados, porque aquí tenemos aprendido que cuando se agotan los argumentos de la escasa dialéctica el paso siguiente es el aniquilamiento moral y si este tampoco funciona entonces no queda de otra que el exterminio físico. La ultraderecha ya lo hizo el 9 de abril de 1948, cuando acribillaron a plena luz del día a Gaitán, disparos con los que le cambiaron el rumbo al país porque, abatido el caudillo y dividido el liberalismo, se hicieron presidentes Ospina Pérez y Laureano Gómez, dictadores civiles que gobernaron a sangre y fuego y...
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