Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Decadencia criolla

Ramiro Bejarano Guzmán

30 de enero de 2016 - 09:00 p. m.

Quedó claro que la estrategia de defensa con la que el exdefensor del Pueblo, Jorge Armando Otálora, pretendió darle largas a su caída como funcionario público, pareció organizada por sus más enconados enemigos.

PUBLICIDAD

Nada le salió bien, y al final terminó siendo víctima de su propio invento, pues fue él uno de los denunciantes de Petro ante la Procuraduría, lo que lo puso muy ufano cuando el procurador lo destituyó, pero —¡oh paradoja!— terminó comiendo de la misma medicina con la que quiso tumbar al exalcalde. En su momento se rumoró que detrás de esa querella estaba un conocido industrial de las basuras.

¿De dónde salió Otálora hasta convertirse en hombre de Estado y del jet set, que habría llegado más lejos si no se le atraviesa este vergonzoso episodio? El exdefensor no es un jurista reconocido, como lo ambientaron algunos de los medios que salieron a apoyarlo sin pudor. Su periplo ha sido el de un buscador de posiciones oficiales para figurar, arte en el que parece se dejó tentar durante estos tres años de Defensoría. No se le conocen esfuerzos intelectuales en la academia ni en ninguna disciplina científica.

Abrió plaza Otálora como discreto fiscal, donde debió de haber hecho migas con personas importantes que le fueron abriendo camino. Más tarde acampó en la Procuraduría, también en un cargo no tan visible, pero que le permitió avanzar. Más tarde mi paisano, el exfiscal Mario Iguarán, lo hizo vicefiscal, asumo que por cuenta de las mismas influencias que lo habían trasteado antes de puesto en puesto, y hasta donde llegan mis informaciones, le pesó haberse hecho acompañar en tan alto cargo de individuo tan menor como Otálora.

La Vicefiscalía fue un gran trampolín, por supuesto, y aunque su estancia en esa estratégica oficina fue fugaz y accidentada, algo debió haber hecho que dejó muy agradecidos a poderosos negociantes y connotados periodistas, para que con el tiempo se transformaran en sus iluminados contertulios de opíparos, alicorados y prolongados almuerzos en costosísimos restaurantes. Más tarde tuvo su temporadita como abogado litigante, donde dicen que se hizo millonario —ojalá haya sido allí—, y otra más en el desprestigiado Consejo de la Judicatura, para brincar a la Defensoría, de donde ha caído estrepitosamente. En efecto, ni siquiera le salió bien la coartada de presentar renuncia cuando supo que iba a ser suspendido.

Read more!

Fue tan agitada su vida social como comensal y nuevo playboy de vereda, que entre las muchas decisiones equivocadas que tomó esta semana intentando salvarse de lo que era inevitable, llamó la atención que invocara el nombre de dos ministros que supuestamente avalarían su tesis de que no fue acosador sino un novio tan ardiente que se enamoró hasta de sí mismo y distribuyó fotos de su precaria y rasurada intimidad. Pero también amenazó con aportar testimonios de periodistas, dueños de restaurantes, y probablemente habría acudido a cocineros, maîtres, porteros, etc., para que ratificaran que esa agraciada jovencita que todo el mundo identificaba como su subalterna era además su novia. Hasta que, claro, lo cogieron con las manos en la masa, literalmente.

Y tengo la sensación de que en esa loca carrera por escalar cada vez más alto, Otálora se creyó el cuento de que se había convertido en un gentilhombre respetado por personas que lo deslumbraron fatalmente, de quienes supuso eran sus nuevos amigos. Ingenuo, pues no aprendió que en esos cargos todos los amigos nuevos son falsos, y, en cambio, los enemigos todos son verdaderos y saben ejercer.

Read more!

Hay que admitirlo, este es el perfil de buena parte de nuestra nueva clase dirigente. Aprendices, asaltantes, trepadores, oportunistas y avivatos. A quienes tienen la responsabilidad de participar en la designación de ciertos altos cargos, deberían aprender la lección. Con la cosa pública ni se improvisa ni se juega.

 

Adenda: el profesor Miguel Malagón Pinzón ha concluido un interesante estudio titulado “Salvajes, bárbaros e inmigrantes en el derecho administrativo hispanoamericano”, publicado por el Externado. Es un aporte jurídico e histórico que vale la pena leer.

No ad for you

notasdebuhardilla@hotmail.com

Conoce más
Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.