Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Es el que es

Ramiro Bejarano Guzmán

10 de marzo de 2018 - 09:00 p. m.

El precandidato del Centro Democrático Iván Duque se presenta como el hombre perfecto, pero detrás suyo convive un océano de contradicciones y falacias. Eso parece no preocuparle, porque su virtud es confiar en la pésima memoria de los colombianos.

PUBLICIDAD

Es una paradoja que Duque se autoproclame como el candidato de la población juvenil, cuando no todos los jóvenes han olvidado que por su culpa sufrieron una gran desilusión hace ya año y medio, a lo mejor la primera de su vida. Es cierto que Duque apenas alcanza 41 años de vida —de los cuales más de la mitad ha estado cargando, siempre como segundón, el pesado ladrillo de la burocracia—, como también que el 70 % de los colombianos es menor de 45 años, pero de allí a creer que eso lo convierte en el candidato de los jóvenes hay mucho trecho. En efecto, Duque pretende que esa población joven olvide que él fue uno de “los saboteadores de los acuerdos de paz” —como los llama Ricardo Silva— y artífice de la derrota del plebiscito que tanto dolió a miles de estudiantes que entonces marcharon en muchas ciudades pidiendo apoyo para la paz. Si los del No accedieron a que se discutieran algunos puntos de los Acuerdos luego de que con trampas ganaron el plebiscito de octubre de 2016, no fue por generosidad ni como un gesto de reconciliación, sino por la presión que en las calles ejerció esa muchedumbre de universitarios que salieron indignados a protestar durante una semana entera. Solo cuando esos reclamos se hicieron notorios e imposibles de ignorar, los del No accedieron a regañadientes a negociar. Lo cierto es que aún está caliente la furia y el desencanto que sintieron esos jóvenes cuando Uribe y su séquito ganaron el plebiscito, además valiéndose de mentiras y subterfugios.

A la hora de votar este domingo, sobre todo por el trío de la caverna y la ultraderecha, sería bueno que esa maltratada e ignorada masa estudiantil recuerde que uno de los que cantaba victoria por la caída del plebiscito fue precisamente quien hoy, valiéndose de sus inexpertos 41 años, invita a la muchachada a votar por él. Los jóvenes puede que sean ingenuos, pero no tienen un pelo de bobos, y es de esperar que no se traguen el anzuelo de que al votar por Duque lo están haciendo por uno igual a ellos, pues si algo ha demostrado este precandidato del uribismo es que cada día se parece más a su jefe y menos a esos jóvenes a quienes con artificios pretende que lo favorezcan en las urnas.

Read more!

Y si los jóvenes tienen motivos para pensar su voto, los adultos también tienen razones que sopesar a la hora de aproximarse hoy a las urnas y en las votaciones para presidente. Es impensable que si Duque llega al solio presidencial, quien decida todo no sea Álvaro Uribe. Las declaraciones del precandidato cuando se hizo pública una providencia de la Corte que compulsó copias para investigar al senador Uribe no fueron las de un demócrata ni las de un hombre sereno y respetuoso de la legalidad. En efecto, Duque, en tono airado sostuvo que defendería su jefe por encima de todo. Perdió una magnífica oportunidad de demostrar independencia o al menos mesura en su visión del mundo, pues se precipitó a descalificar a la Corte y a lanzar una no disimulada amenaza de lo que serían sus relaciones con la rama judicial. En cambio tuvo una babosa actitud frente a la insolente tutela con la que uno de sus fanáticos copartidarios pretende silenciar al genial caricaturista Matador.

Read more!

Duque no sería un mandatario, sino un vengador; llegaría no a gobernar, sino a pasar cuentas de cobro por todo lo que no les salió bien en estos años de viudez de poder. Y nos tocaría ver a Ordóñez en el gobierno, pues como miembro de esa alianza siniestra de la ultraderecha reclamaría cuotas en la nómina oficial. Ese será el reencauche de la “Casa de Nari”.

Adenda. A propósito si el Consejo de Estado le quitó la investidura a una parlamentaria por contestar a lista, retirarse y no votar, los congresistas del Centro Democrático, entre los cuales están Álvaro Uribe e Iván Duque, están en la misma situación pues sabotearon con sus retiros y ausencias los proyectos sobre los Acuerdos de Paz. ¿Ya habrá demanda?

notasdebuhardilla@hotmail.com

Conoce más
Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.