Lanata

Jorge Lanata es el periodista más exitoso de la Argentina en los últimos tiempos.

Es odiado por muchos de sus colegas, por la presidenta Cristina Fernández y por los fervientes seguidores del kirchnerismo, pero admirado por comunicadores antigobiernistas y un batallón de indignados que aplauden sus contundentes informaciones sobre corrupción oficial.

Todos los domingos, salvo por esta época de vacaciones, cuando aquí son las 8 de la noche y en la Argentina las 10, Lanata conduce un programa espectacular de televisión que ha batido todos los récords de sintonía: Periodismo para todos (PPT), que en Bogotá puede verse en Directv. Durante dos horas del programa, que se realiza con presencia de público y siguiendo un formato agradable, este gordo gigantesco parece inofensivo hasta cuando con un equipo de jóvenes periodistas lanza en un estilo irreverente, cargado de humor e ironía, la andanada de acusaciones sustentadas sobre la corrupción que atrapó a la Argentina durante la década de los Kirchner. No hay en Colombia ningún programa de televisión que se le parezca, en cuanto a su contenido, arrojo, y que sea tan ameno y creíble como PPT. Por primera vez en Argentina un programa de opinión consiguió el milagro de superar en rating la transmisión de un partido de fútbol con la que el Gobierno intentó hacerle contrapeso a las acusaciones de PPT.

Lo que denuncia Lanata sacude a la Argentina y al Gobierno. No es para menos, porque ha descubierto los lazos de corrupción entre la poderosa familia Kirchner y un oscuro empresario, Lázaro Báez, el testaferro con el que vienen realizando millonarios negocios de proporciones inimaginables en quien tenga la responsabilidad y el sueldo de presidente de la Nación. A pesar de las contundentes revelaciones, la justicia argentina no ha podido encarcelar a ninguno de los implicados del entramado de la corrupción, porque hasta los tribunales se extienden el inmenso poder y la influencia de la familia presidencial. La forma en la que Báez y los Kirchner se han hecho ricos y multiplicado sus fortunas personales, desde cuando los últimos eran los mandamases en su provincia y ahora que han estado conduciendo los destinos de la Nación, es escandalosa y evidente.

Pero detrás del éxito hay una historia plagada de contradicciones que hacen de Lanata un personaje peculiar, según lo ha revelado una durísima biografía suya escrita por Luis Majul, otro periodista, la cual, además de su accidentada vida, permite apreciar la polarización política y las disputas mediáticas en la Argentina. Lanata no solamente es una máquina de hacer dinero como comunicador, sino casi interdicto para manejar sus importantes ingresos. Confeso consumidor diario de cocaína durante 10 años, vicio del que se liberó en un accidentado tratamiento en una clínica de Boston, este argentino protagonista de una grotesca vida personal ha estado detrás de importantes proyectos de medios de comunicación, algunos fracasados al extremo de que a él lo llevaron a enfrentar un proceso judicial de quiebra.

El peor lunar de Lanata es haber sido crítico feroz del poderoso diario Clarín cuando era el sustento mediático de los Kirchner, y hoy es su aliado después de que el periódico se divorció del Gobierno. Clarín y periodista olvidaron las mutuas agresiones del pasado, y el último fue llamado por el medio a conducir el programa de televisión PPT y escribir una columna de opinión semanal en el periódico, que son los dolores de cabeza del kirchnerismo, junto con un programa radial diario también muy escuchado. Lanata —o “Larata” como lo llaman sus malquerientes— personalmente también es noticia, pues este fin de año Argentina se conmocionó cuando de urgencia fue intervenido quirúrgicamente en Nueva York para superar un problema de vesícula, uno de los tantos males de salud que, según su médico, lo matarán pronto y súbitamente.

Vale la pena ver el programa PPT y pasearse por la biografía sobre Lanata, escrita por Luis Majul. No se pierde el tiempo.

Adenda. ¿Por qué la justicia toma decisiones tan cuestionadas y sospechosas mientras el país anda de fiestas de fin de año?

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