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Notas de buhardilla

No fue solo Ricaurte

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Ramiro Bejarano Guzmán
14 de marzo de 2021 - 03:00 a. m.
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El exmagistrado Francisco Ricaurte no llegó a la judicatura por sus méritos, que ninguno tiene, sino porque fue el eje de la corrupción más sofisticada. No fue su exclusiva culpa. Toda esta dolorosa situación se produjo cuando se reformó la Constitución en beneficio exclusivo de Álvaro Uribe Vélez y su gobierno impuso la justicia a su medida.

Hasta antes de esa malhadada reforma que reeligió a Uribe, contando con la complicidad de algunos partidos políticos, las altas cortes estuvieron a salvo de la corruptela. Pero en los tiempos tempestuosos de Uribe, fueron agredidos varios togados y el gobierno terminó controlando la Rama Judicial. A través de un circuito cerrado de privilegiados y compadrazgos, en el Consejo de la Judicatura se sentaron unos señores que siempre estuvieron dispuestos a integrar las listas para aspirantes a las demás cortes, con quienes recibían el guiño del Gobierno y los partidos de la coalición. La independencia y autonomía de la Rama Judicial quedó atrapada por un gobierno que haciéndose reelegir rompió todos los pesos y contrapesos. Eso, sin contar con lo que pretendieron con la Fiscalía y lograron.

Si esta desgracia constitucional no se hubiere presentado, jamás habrían llegado a la magistratura Ricaurte, Tarquino, Malo, Pretelt, Bustos y otros más que aún andan por los pasillos del Palacio de Justicia, inclusive los que disfrazados de juristas o profesores universitarios, siendo apenas guaqueros de la jurisprudencia, siguen al acecho de que los nombren. Los astros del mal se alinearon porque en el firmamento apareció el también corrupto Alejandro Ordóñez, el procurador desalojado de su cargo precisamente por haber llegado al mismo en esa comparsa de clientelismo del “yo te elijo y tú me eliges”.

Ricaurte y sus socios de aventura corrompieron la justicia y no les importó ni su propia dignidad. Todavía se recuerda cómo en pleno enfrentamiento de Uribe con la Corte Suprema, Ricaurte, sumiso, se arrodilló ante el cardenal Rubiano, uribista por la gracia de Dios, a pedir perdón porque la corporación era víctima de ese régimen. En ese ambiente de mediocridad y clientelismo, hasta dos magistrados se concertaron para repartirse el honor de ser presidentes de la Corte Suprema así fuera por unos pocos días, todo para que les impusieran la medalla José Ignacio Márquez y gozar vitaliciamente de pasaporte diplomático. Había que compartir el botín.

Por eso y por mucho más, desde esta tribuna opiné que la solución al problema de la justicia debía empezar porque renunciaran los magistrados de todas las cortes y barajar de nuevo. Muchos togados estuvieron silenciosamente de acuerdo, pero el sistema no los dejó expresar su desespero. Mi recordado amigo Carlos Gaviria, como lo muestra el libro El hereje de Ana Cristina Restrepo, entendió que mi propuesta era “casi como un grito de indignación” y tuvo razón. Hoy la reforma judicial está en manos del impresentable ministro de Justicia, Wilson Ruiz, y me temo que nos estamos aproximando cada día más al abismo. Mi postura me ha granjeado furias y rencillas que me suelen cobrar, con mezquindad y prevaricando, los protegidos de este tinglado siniestro, entre otros, los aliados de la exmagistrada del insolente tour por el Caribe, Ruth Marina Díaz, sobreviviente indemne del cartel de la toga.

La tragedia personal que hoy vive Ricaurte no se la deseo ni a él mismo, a pesar de que hizo todo para padecerla. Con varios colegas suscribí la demanda que demostró la forma ilegal como fue nombrado en el Consejo de la Judicatura y por eso tuvo que salir del puesto, para dedicarse a litigar, ultrajando también ese oficio que ejerció valido de la podredumbre que dejó en su paso por las cortes.

No me alegra lo ocurrido, porque en últimas la gran damnificada de todo esto es la justicia, como lo sigue siendo por cuenta de este Gobierno mafioso, corrupto y perseguidor, que también ha hecho cositas en las cortes y de todo en la Fiscalía. La reparación de este inmenso daño no la alcanzaremos a ver quienes lo hemos sufrido, incluidos los miles de funcionarios honorables, hombres y mujeres, que sí los hay en los despachos judiciales donde honran sus funciones. Tendrá que pasar al menos una generación de compatriotas y juristas para enterrar lo que sembró la “Casa de Nari”.

Adenda. Rechazo cualquier manifestación xenofóbica y en particular contra los venezolanos. No tratemos a los extranjeros como no queremos que menosprecien a los nuestros tras las fronteras.

notasdebuhardilla@hotmail.com

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Julio(87145)14 de marzo de 2021 - 10:44 p. m.
En toda parte donde el funesto uribe mete la mano, hiede.
  • Patrik(14177)15 de marzo de 2021 - 03:09 a. m.
    El 99% de integrantes del cartel de la toga son uribistas, empezando por este malandro Ricaurte. Sin embargo, hay que ver a los uribistas criticando al cartel de la toga y relacionándolo con otros políticos para ver si desvían la atención de sus propias culpas. Cínicos.
OFOL(62559)14 de marzo de 2021 - 09:03 p. m.
La inmensa mayoría de los colombianos no tienen consciencia del gran daño que causó la modificación del articulito que permitió la reelección de Varito en lo que atañe a los pesos y contrapesos. Fue devastador.
  • Jaime(49525)15 de marzo de 2021 - 01:50 a. m.
    Y lo más desalentador y sucio de nuestra mentalidad colombiana es que los uribestias, porque eso son, BESTIAS; creen que el innombrable le hizo mucha gracia al país haciéndose reelegir.. ya que no tuve él, el carácter, las üevitas de reconocer que chantajearon a Yidis Medina (yidispolítica), le compraron el voto para esa reelección... Caterva de cobardes, asquerosos, solo producen náuseas...
Rodolfo(08021)14 de marzo de 2021 - 08:59 p. m.
De acuerdo con lo expresado por el dr ramiro bejarano, creemos que muchos protagonistas de esta historia deben una explicacion: Nestor Humberto martinez, Jose Leonidas Bustos, Ruth marina Diaz, ademas que el episodio de la renuncia de los magistrados maria del Rosario Gonzalez, jesus Van del Rutten y Arturo solarte, al parecer por estos hechos, nunca quedo bien aclarado, seria bueno escucharlos
  • Jaime(49525)15 de marzo de 2021 - 01:52 a. m.
    No hay calificcativos para esos personajes siniestros, compararloss con las ratas, es ofender a esos animalistos que cumplen una funión biológica en el planeta.... Ya lo dijen producen náusas... cochinos...
Amadeo(14786)14 de marzo de 2021 - 08:15 p. m.
Qué autoridad moral puede tener alguien, para llamar corrupto a este gobierno, quien ofició como el policia que en el DAS intentó proteger a su jefe Samper, dentro del proceso ocho mil, manejando al detenido tesorero Santiago Medina con abogado amigo enviado por el entonces ministro Serpa. Vivir para ver
  • jose(28647)15 de marzo de 2021 - 02:59 a. m.
    El proceso 8000 se queda en panales al lado de los mas de 300 procesos del innombrarle. Solo uno de los mas de 300, el de los falsos positivos es mil veces mas grave que el 8000. Aclaro que con esto no quiero decir que Samper es inocente
  • Jaime(49525)15 de marzo de 2021 - 01:55 a. m.
    De acuerdo con este comentario, uribestias, deberían leer el libro EL NARCOTRAFICANTE # 82.... Ustedes los uribestias tiene la misma mnte podrida del innombrable, vacunénse rápido, antes de que se pudran....
  • Julio(87145)14 de marzo de 2021 - 10:46 p. m.
    Muy bien por su comentario William.
  • william(51538)14 de marzo de 2021 - 09:32 p. m.
    Ídem contra argumento contra ídem bodeguero:El DAS fue la policía política de la presidencia por mucho tiempo. Que se "boleteó" demasiado durante el régimen del que le paga su miserable estipendio para que vomite pendejadas en este foro es otra cosa. Y le insisto, bodeguero: Samper es un un pobre güevón en lides con el narcotráfico comparado con el #82, el insano objeto de su devoción.
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