¡QUÉ TAL! TOMÁS URIBE Y JOSÉ OBdulio Gaviria, que tienen cuentas pendientes con la justicia, utilizando el crimen de Álvaro Gómez Hurtado para lanzarme falsas imputaciones.
Tomás debería primero explicar su papel en el nombramiento de una notaría y la tramposa reelección de su papito, o su cercanía con un alfil de DMG, en vez de hacer calambures mezquinos con AGH, ultrajando abusivamente la memoria del jefe conservador. Como si eso no fuese suficiente, debería pronunciarse antes sobre lo que publicó el diario panameño La Prensa (http://mensual.prensa.com/mensual/contenido/2010/12/21/hoy/panorama/2442...), acerca de que Achlys Investments Corp “pertenece a Carlos Nader”, esta última sociedad panameña asociada en su momento con Residuos Ecoeficiencia, la famosa empresita de los hijos de Uribe, protagonista del escándalo de la adjudicación de una zona franca en Mosquera, lo cual no se ha atrevido a desmentir el furioso vástago. Al periódico panameño no mandaron tweets insultantes ni tampoco a Gerardo Reyes del Nuevo Herald de Miami, por divulgar los encuentros de Tomás con los Nule en Panamá. Tan bravos aquí donde aplastan a todo el mundo, pero tan sumisos en el exterior.
De José Obdulio, “maltratado” por su primo Osito, baste recordar que esta semana lo llamaron a juicio por calumniador y que también muy pronto tendrá que responder penalmente por su actuación en las ‘chuzadas’ y seguimientos ilegales del DAS, de que fuimos víctimas muchas personas.
El empresario Tomás Uribe, digno vocero de su estirpe, en respuesta a un twitter en el que manifesté mi extrañeza porque no se pronunciara frente a las contundentes acusaciones de la columna de Daniel Coronell, optó por sindicarme del crimen del líder conservador bajo esta fórmula canalla “@RamiroBejaranoG a Ud lo acecha el fantasma de AGH”. Alguien que tiene por qué saberlo asegura que el mensaje no es de su factura, y lo creo, porque quien escribe “malloría”, difícilmente distingue asechar de acechar. Será alguien más de la familia o de la camarilla, en últimas poco importa si fue él o ella, son los mismos con las mismas. Nada debería extrañarme, ya otras personas de la familia me agredieron, a una de ellas ni siquiera le importó hacerlo en un restaurante en presencia de mi esposa y mis hijas.
Frente a esa infame acusación y otras de igual calado, me pronuncié el 22 de agosto de 2009 en la columna ‘YO ACUSO’ (http://www.elespectador.com/columna157379-yo-acuso), a la cual remito mis explicaciones. Esa conjura se orquestó en la Procuraduría de Ordóñez y la debió de aplaudir la tenebrosa “Casa de Nari”, conducida por el individuo Álvaro Uribe Vélez, donde probablemente la ambientaron mientras fueron gobierno. A propósito, para que se aprecie el encono en mi contra, tengo que referir que del propio Uribe Vélez, coincidencialmente un mes antes del twitter de su primogénito, dio este otro disparo calumnioso: “@RamiroBejaranoG, (sic) Será que es cierta la especie de sus crímenes?”.
Es difícil dejar de concluir que Tomás y José Obdulio no se concertaron para hacerme daño, pues de eso sí saben.
No tengo deuda alguna con el execrable asesinato de Gómez Hurtado, ni me asustan fantasmas. Tomás y José Obdulio seguramente sabrán el porqué de la furia de Álvaro Uribe cuando Rodrigo Lara, simplemente, preguntó en twitter por las muertes violentas de su otrora amigo y subalterno Pedro Juan Moreno, acaecida en su mandato, y de su compañero de trabajo en Aerocivil, César Villegas, asesinado en plena campaña electoral en la antesala de su presidencia.
Ya veremos qué explican los perversos twitteros cuando sean requeridos para que prueben sus infundios ante las autoridades que investigan el atroz complot urdido en mi contra, del que ellos ahora han confesado ser parte.
Ese es el talante de quienes gobernaron con tono autoritario. Todo aquel que les pida cuentas de sus actos es un criminal, ellos no explican sólo sindican sin fundamento, en eso no hay quien los venza, es el sello de su prosapia. Como lo dije en aquella columna de agosto de 2009 “les advierto que sólo matándome podrán silenciarme”.
Adenda. Tan próspero será el negocio de J. J. Rendón que, según Caracol Radio, sus segundos le robaron en efectivo US$130 mil, $140 millones, más un reloj de 80 mil euros.