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Notas de buhardilla

Revolución al revés

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Ramiro Bejarano Guzmán
07 de mayo de 2023 - 02:00 a. m.
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Petro enredado por sus ligerezas. En la antesala de montarse al avión para Madrid fustigó al “yugo español de la colonia” y a la realeza de entonces, todos Borbones como el actual rey y su descendencia. Las reacciones no tardaron. Apenas pisó la madre patria, Vox, varios medios y periodistas de reconocida tendencia derechista, recordaron que el ilustre visitante colombiano –que emula con Bolívar, Melo y López Pumarejo– se había despachado contra la monarquía española en su aparatosa arenga del 1 de mayo. Dieron cuenta del pasado insurgente de Petro y lo llamaron asesino, narcoguerrillero y otras descalificaciones del mismo calibre. Tuvieron más eco estas agresiones que el mapalé de la primera dama o los tenis de la despistadita ministra de Minas.

Y para acabar de completar, desde España Petro dejó ver su lado desagradecido cuando de su anterior gabinete dijo que “algunas de las personas que convoqué al Gobierno, en lugar de plantear un diálogo serio, se dedicaron a hacer trampas”. No se salvó nadie, ni siquiera los recién llegados, pues más temprano que tarde también serán recordados como tramposos.

Y esta otra perla. Según Petro, la revolución que se propone imponer ocurrirá si no aprueban sus propuestas, cuando debería ser, al contrario, si salen avantes sus reformas. Difícil galimatías, como cuando se trenzó en esa ridícula polémica sobre si los aplausos en el Congreso de Diputados eran para Vox o para él. Vanidad incorregible.

Difícil saber a cuál Petro creerle. Acaso debemos guiarnos y temblar con el que amenaza a opositores y críticos desde el balcón de la Casa de Nariño, o al que no convence cuando pretende calmar las agitadas aguas en un remedo de rueda de prensa donde no hubo un solo periodista capaz de contrainterrogarlo o, al menos, de confrontarlo sutilmente. Es probable que algún asesor le hubiese advertido a Petro que el tono y el contenido de su discurso del día anterior podrían cobrárselo en Madrid, y para evitar ese mal rato los amaestrados reporteros volvieron excusas lo que jamás fue eso.

El inefable César Gaviria, quien de jefe vitalicio del liberalismo pasó a vocero de los bancos, tan bravo y firme con sus sumisos parlamentarios, ahora no ha sido capaz de reclamar el derecho a responder la diatriba presidencial para no dejarle el espacio libre al mandatario del cambio que sindica, injuria, calumnia y maltrata el prestigio y la integridad personal de quien no respire ese aire contaminado del odio petrista.

Los partidos políticos deberían expedir un comunicado histórico rechazando la actitud del mandatario, en vez de las desgastadas e inútiles declaraciones individuales que de nada sirven y no impresionan. Lo de ahora no fue una simple escaramuza.

El balance, pues, es gris. Botaron a 7 ministros, entre los cuales había figuras representativas de otras opciones ideológicas, y fueron sustituidos por alfiles, algunos de los cuales ya irrumpieron con su petrismo hirsuto, como el intrascendente y obsecuente nuevo ministro de Hacienda, cuyas primeras declaraciones con ojo retrovisor tampoco tranquilizan. El libreto y la consignan están decididos: ministro que no esté dispuesto a disparar con regadera a todo aquel que profese ideas diferentes, que se haga al lado y pronto.

Por eso y por mucho más es imposible creer que cesen la anarquía y la zozobra. Petro y sus bruscos secuaces no quieren hablar con nadie y lo peor es que creen que no lo necesitan. Ellos depositan sus esperanzas en las marchas y calles, en el gobierno asonada. Así algunos ingenuos sigan creyendo que todavía no hay señales de que lo que quiere Petro es implantar una democracia plebiscitaria o gobernar a la usanza de los referendos bonapartistas, lo cierto es que vamos a tener que acostumbrarnos a vivir bajo un gobierno que ya asfixia.

Ahora sí entendemos un poco por qué dijo Petro en su entrevista a El País de Madrid que el poder es una droga que mata y cambia la gente.

Adenda. Ni el presidente es jefe del fiscal general, ni este es el juez del mandatario. Cada loro en su estaca.

notasdebuhardilla@hotmail.com

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José(ybmse)08 de mayo de 2023 - 12:00 p. m.
Es triste leer esta columna, ya no sabe que escribir, se acerca la hora del retiro casi voluntario
Arturo(82083)08 de mayo de 2023 - 03:45 a. m.
"Y esta otra perla. Según Petro, la revolución que se propone imponer ocurrirá si no aprueban sus propuestas, cuando debería ser, al contrario, si salen avantes sus reformas" El columnista al parecer no entiende la diferencia entre CAMBIO y REVOLUCIÓN lo cual lo lleva a afirmar que petro se propone "imponer una revolución" Ojalá algun alma piadosa (su hija, por ejemplo) le explicara que lo que Petro quiere imponer es EL CAMBIO y advierte que si no lo aprueban, ocurrirá una REVOLUCION
Omar(jecov)08 de mayo de 2023 - 02:51 a. m.
¿Esta columna de verdad la escribió Ramiro Bejarano?
Orlando(lx6ve)08 de mayo de 2023 - 12:27 a. m.
R Bejarano, mejor que nadie interpreta "el peca, confiesa y reza empata"; actualmente se esfuerza por limpiar los ultrajes que en el pasado le infrigio a la derecha y asume papel de inquisidor del gobierno de pacto histórico; le prende velas a Dios y al diablo.
ricardo(01622)07 de mayo de 2023 - 11:36 p. m.
LA PEOR COLUMNA LEIDA EN TANTO TIEMPO. PARECE REDACTADA EN LA OFICINA DE PRENSA DE LA SENADORA CABAL.
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