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Sí se pudo

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Ramiro Bejarano Guzmán
10 de abril de 2016 - 02:00 a. m.
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Nos gusta la Corte Constitucional cuando usa su inmenso poder para combatir la desigualdad, la inequidad y la arbitrariedad.

Esa es la Corporación en la que muchos colombianos creíamos ciegamente hasta cuando el tsunami del escándalo de Fidupetrol arrolló a uno de sus magistrados, Jorge Pretelt, dejó en entredicho a otro y armó una tempestad que aún no cesa porque ha puesto en vilo tantos años de esfuerzo y de progreso de la otrora sagrada institución.

Como era de esperarse, la Corte por mayoría acaba de impartir una orden a jueces y magistrados para que realicen matrimonios igualitarios. Es increíble que asunto tan elemental y justo hubiese tenido que esperar a que el máximo tribunal constitucional decidiera en favor de las parejas del mismo sexo. A esta situación de atraso llegamos por cuenta de la voluntad omnímoda del procurador, un odiador a ultranza de los homosexuales, para quienes ha decretado la hoguera, el sitio preferido donde este intolerante quiere que desaparezcan las ideas contrarias a la suya, como lo hizo cuando incineró libros en Bucaramanga, como en la época de la Alemania nazi, entre otros varios de nuestro Nobel García Márquez. Y con él una decadente Iglesia católica que declara “bendito” al magistrado Pretelt por proponer a la Corte que fallara en contra de los homosexuales.

No se había visto jamás un procurador en contravía de los derechos fundamentales de muchos compatriotas. En casos como el que acaba de dirimir la Corte Constitucional queda clarísimo el inmenso daño que a la institucionalidad le ha causado Alejandro Ordóñez, un hombre peligroso. Lo paradójico de todo este cuento es que mientras en la Corte Constitucional, por fortuna, van derrumbándose los iconos erigidos por la pasión religiosa enarbolada por Ordóñez y sus secuaces, la cuestionada reelección del procurador, obtenida gracias al perverso y corrupto sistema del “yo te elijo y tú me eliges”, está ad portas de conseguir el imposible moral de que cuando el Consejo de Estado se pronuncie sobre este accidentado proceso, el hoy tambaleante jefe del Ministerio Público ya haya concluido sus ocho años de prevaricatos y persecuciones. Ordóñez se reirá y frotará las manos, porque con su audacia y la sumisión de su amanuense viceprocuradora, Marta Castañeda, fueron capaces de burlarse del Consejo de Estado, del país, pero sobre todo de la ley.

Y como al que no quiere caldo le dan dos tazas, en los próximos días, las fuerzas democráticas del país tienen otro inmenso reto para defender los derechos de las parejas del mismo sexo. Me refiero a la convocatoria del referendo que se pretende convocar para consultarle al pueblo si aprueba o no que las parejas gais puedan adoptar.

Ese es otro desafío constitucional, que ojalá no prospere, o si no preparémonos para que se multipliquen las consultas populares encaminadas a convertir al país en un convento, donde sólo sea posible hacer las cosas y pensar de acuerdo con lo que manden las sagradas escrituras y sus enardecidos intérpretes. Lamento que mi admirada amiga la senadora liberal Viviane Morales, tan lúcida en otros temas y tan pluralista en otros escenarios, sea quien esté patrocinando este referendo que busca cercenar los derechos de las parejas gais a adoptar, que tarde o temprano demostrará que está cargado de populismo y de gran irrespeto constitucional. El partido liberal es una colectividad de matices, y las opiniones de la exfiscal nunca pasan inadvertidas, pero el liberalismo está en mora de desautorizar este nuevo referendo. Si algunos liberales contribuyeron a elegir y reelegir a Ordóñez, no puede sucederle al liberalismo que le facturen la pesada cuenta de la responsabilidad de atropellar los derechos de las parejas gais a adoptar.

Adenda: El video de un testigo que incrimina al actual alcalde de Buga, Julián Latorre, en una red de corrupción no puede pasar inadvertido en la Fiscalía, ni en la Procuraduría (http://bit.ly/1oJOk4B). Hasta cuándo los bugueños padecerán en silencio y humillados este terrible cáncer.

notasdebuhardilla@hotmail.com

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