El presidente Petro y su ministro Armando Benedetti han mostrado su peligrosa faceta vengativa, en esta ocasión contra mi Valle del Cauca, hoy víctima del flagelo de un gobierno central desagradecido y perseguidor.
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Bastó que desde la Casa de Nariño acusaran a la gobernadora Dilian Francisco Toro de haber promovido en el Senado el hundimiento de la consulta popular para que al departamento le cerraran las puertas del Presupuesto Nacional. No pudieron recordar el irascible mandatario y su locuaz ministro que ese Valle —que excluyen y humillan— les aportó una votación importante en 2022, sin la cual no habrían ganado. Tampoco les importó que en esa región del occidente las encuestas favorezcan a Petro. Nada de eso cuenta. Ahora solo procede cobrar la factura de odio que el presidente y su ministro de la política les están pasando al Valle por sus furias personales con la gobernadora, como lo han hecho con la exministra de Justicia, Leyva, Bolívar y otros.
El listado de las obras paralizadas o inconclusas en el Valle quedó consignado en la carta de Dilian a Petro, sin que el Gobierno Nacional haya desmentido una sola línea:
» El Tren de Cercanías no ha recibido los recursos nacionales, a pesar de que Petro propuso el Tren del Pacífico en su campaña. En esa materia nada ha cumplido, debe ser porque cree más en el tren interoceánico que fue a promover en su fatídica visita a China.
» El acueducto de Buenaventura no ha sido habilitado; otra deuda incumplida del Gobierno Nacional con esa legítima esperanza de los bonaverenses. Menos se ha prestado atención al dragado del canal de acceso, necesario para el futuro del puerto y de sus gentes.
» La licitación para modernizar el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón de Palmira tampoco ha recibido auxilio del Gobierno Nacional, y la región se privará de tener un terminal aéreo que merece en el nuevo milenio.
» La vía Mulaló–Loboguerrero, útil para la economía local y nacional, tampoco ha encontrado eco en este Gobierno.
» El proyecto de soberanía alimentaria presentado al Ministerio de Agricultura no ha avanzado, aunque completó ocho meses de eternos e inútiles trámites.
La lista es más larga, no solo porque el orden público está descontrolado y por eso están atemorizados los vallunos, sino porque hay quejas de varios alcaldes que, luego de ejecutar obras financiadas por el Departamento de Prosperidad Social, no pueden pagar porque desde Bogotá no hay quien dé la orden de entregar recursos y nadie les pasa al teléfono. Por causa de esta inquina, varios burgomaestres serán injustamente investigados por la paquidérmica Contraloría, experta en perseguir a los menos poderosos y en hacerse la de la vista gorda con los pulpos del poder.
La amenaza de “pararle todo a la gobernadora del Valle del Cauca” simplemente demuestra que el presidente y su ministro Benedetti, además de arbitrarios, son pésimos seres humanos. Los muchos vallecaucanos que votaron por Petro y que siguen creyendo en su desastroso proyecto político de anarquía y atraso tendrán que rectificar.
Pero hay otro frente de terror que está por desatarse y que ya ha empezado a deslizarse. En efecto, a varios parlamentarios lugareños les han notificado que desde el gobierno central están organizando protestas amenazantes en las calles para arrinconar a los congresistas que no apoyaron la consulta popular. No solo es una represalia, sino una advertencia criminal de que, si tampoco le jalan al nuevo esperpento de otra ilegal consulta popular y de falso nacionalismo, serán tratados con el mismo rencor con el que están sumiendo en el olvido y el ostracismo al Valle del Cauca. Ahora se entiende por qué no hay un solo ministro o alto funcionario vallecaucano.
Petro y su ministro Benedetti han hecho méritos para que en su próxima visita a Cali los abucheen como al argentino Andrés Calamaro por reprender a los antitaurinos. Merecen eso y más, porque valluno que se respete no se deja maltratar dos veces.
Adenda No 1. “La gente llega sola, ellos mismos contrataron buses”. De antología el cuentazo del parlamentario Agmeth Escaf para justificar las movilizaciones.
Adenda No 2. Huelga general e indefinida convocada por el propio Gobierno. Encontraron oficio. Ahora sí se la fumaron verde.
Adenda No 3. Tiene razón el jefe vitalicio del liberalismo, el expresidente César Gaviria, al criticar el Gobierno por desconocer la Carta del 91 y pretender regirse por una Constitución Paralela hecha a su medida.