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Tras el Diálogo Territorial sobre Desigualdad – Región Orinoquía con @reimaginemos.colombia, aprendimos que las ideas que tenemos sobre las regiones en Colombia terminan generando desigualdades. La Orinoquía no es la despensa de Colombia. No es un territorio al que uno llega, coge lo quiera, y se va. No es un territorio destinado a vivir afectado por el conflicto armado. La Orinoquía puede ser otra cosa. Puede ser un territorio de agricultura campesina y de agroindustria. Puede ser un territorio para generar oportunidades, paz y reconciliación.
En este video les contamos más.
La semana pasada estuvimos en Villavicencio desde los Diálogos Territoriales sobre Desigualdad de Reimaginemos. Hablamos, junto con voces de la academia, el sector social, la empresa, el gobierno y las artes, sobre Desigualdad, Paz y Tierras. Aquí unas de las ideas principales.
Jorge Bolaños, profesor de Unillanos nos contó una reflexión muy importante y es cómo las ideas o narrativas que tenemos de un territorio también pueden terminar generando desigualdades. En el caso de la Orinoquia hablamos sobre esa idea que hay de que la Orinoquía es “la despensa de Colombia”: un lugar al que uno va, toma lo que quiere y se va.
El profesor nos invita a “cambiar el discurso, y transmitirle a la gente que la comida no es una mercancía. Que detrás de la comida hay un montón de realidades, de aspectos sociales, de aspectos culturales, de identidades, entonces ahí ya no nos volvemos la despensa de Colombia; sino que nos volvemos parte de un país y tenemos un papel diferente”.
Luz Marina Campos, lideresa de tierras y defensora de los derechos humanos, nos habló del acceso a la tierra y porqué la tierra es importante más allá de las cifras que solemos leer en Colombia. La verdad es que para un campesino la tierra es su medio de vida y no solo eso, sino también su arraigo al territorio. Un arraigo que se rompe por ejemplo, cuando llegan el conflicto armado.
Como lo recuerda Luz Marina, “la mujer parió hijos para la guerra. Hubo municipios donde prácticamente fueron desalojados, y tenían su esposo y aquellas personas llegaron a hacer la compra, y había que venderles la tierra. Porque si no, entonces negociaban con la viuda. Nos tocó a las mujeres enfrentar una situación donde uno tenía que recoger sus chiritos, sus chinitos, y por eso fue esa deserción a las ciudades, y donde allí se acabó esa visión del campo, en algunas familias, y no fueron poquitas familais, fueron muchas.
Walter Uribe, más conocido como Big X, artista de hip hop de Saravena Arauca, nos contó qué significa y también cómo inspira su obra de arte el ser parte de un departamento como Arauca, que vive, aún hoy, en medio de la violencia y la desigualdad.
Walter señala que “En el departamento de Arauca ocurren asesinatos todos los días. Que no salgan en las noticias es muy diferente, pero es una realidad que se está viviendo. Desapariciones, secuestros extorsión para comerciantes, ganaderos, personas del común que no tienen nada que ver en el conflicto”.
Hablamos también con empresarios. Mariana Garavito, gerente de la empresa agroindustrial Agrocomo, nos habló sobre porqué las desigualdades en el acceso a la tierra y en acceso a paz, también afectan a los empresarios. Por ejemplo, ellos después de 25 años de producir arroz, tuvieron que pasar de ser productores a comercializadores.
Esto se dio porque, como Mariana lo resalta “la agricultura es un proceso muy azaroso. Un año puede que te vaya bien con un producto, otro año puedes perder todo, el otro año puede llegar el río y llevarse todo lo que tienes. La vida del agricultor es una vida que no es tan fácil. Y por eso en el llano, en Villavicencio vemos “todos esos molinos de arroz que habían acá, que se han ido extinguiendo.
De ahí la importancia de que en Colombia tenemos que volver a poner en el centro a estas industrias que no solo están generando empleo, sino también alimento para todas las personas. Y para ello también es importante pensar en el joven rural. Que la población joven tenga también acceso a las tierras y que no vean el campo como algo que no es rentable, que no se puede llegar a acceder como forma de vida.
Para que todo esto es posible, se necesita una mayor determinación por parte del Estado de construir paz y equidad. Andrés Sacristán, asesor de la Agencia para la Reincoporación y Normalización (ARN) del Meta, nos habló sobre cómo desde la Agencia se ayuda a que las personas excombatientes vuelvan a insertarse en la vida social, pero más que eso a reconstruir, perdonar y a trabajar colectivamente en un territorio.
Andrés nos recuerda que “El Acuerdo de paz y la construcción de paz reconoce unas condiciones territoriales sobre las cuáles el Estado, el gobierno nacional debe actuar para transformar esas condiciones que justamente están marcadas por grandes desigualdades. El Estado ha ido en esa vía, pero no al ritmo que se quisiera”. Hay avances, pero son pocos. Y a esta realidad se suma otro factor que se suma a las desigualdades es la presencia de los grupos armados.
No podemos olvidar que generar estas oportunidades en el Meta, en la Orinoquia es muy difícil porque hay unas desigualdades estructurales: hay poco empleo, hay pocas vías, hay pocas oportunidades para tener proyectos productivos, y esto hace que la construcción de paz sea mucho más difícil, por es tenemos que hablar no solo de la construcción de paz, sino de la construcción de equidad.
Couatores: Jorge Bolaños. Geógrafo, PhD. Docente e investigador, Unillanos; Luz Marina Campos, Lideresa de tierras y defensora de los derechos humanos; Andrés Sacristán, Asesor Agencia para la Reincorporación y Normalización; Big X (Walter Uribe), Cantante de Hip Hop y productor musical. Free style de Arauca; Mariana Garavito, Empresaria. Gerente regional Agrocom - Arroz Orquídea;
Editora: Allison Benson, PhD. Directora de Reimaginemos y el Centro de Investigación comunitaria Acción Pública