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Sombrero de mago

Bombas con ensalada rusa

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Reinaldo Spitaletta
15 de marzo de 2022 - 05:01 a. m.
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La conmoción se visibilizó cuando Rusia penetró en Ucrania el mes pasado, pero no cuando, hace ocho años, a instancias de Estados Unidos y de la muy civilizada Europa, se derrocó al presidente ucraniano Víktor Yanúkovich para imponer un régimen oligárquico y de inclinaciones neonazis. Y uno se pregunta qué era la cosa (no la Nostra), para tal procedimiento, y resulta que, a simple vista, se advierte la negativa de Yanúkovich a aupar los intereses de Estados Unidos y la Unión Europea para convertir a Ucrania en una punta de lanza contra Rusia.

Cositas de la geopolítica, se dirá. Así lo vieron el entonces presidente Barack Obama (qué curioso: Nobel de Paz, galardón que ha sido otorgado a varios guerreristas) y su vicepresidente Joe Biden (su hijo era parte de una compañía de gas en Ucrania). Los neohitlerianos, en un abordaje sangriento, se apoderaron de Ucrania. Y no hubo protestas gringas, ni europeas, ni siquiera cuando instalaron un régimen de represión y muerte a opositores, muchos de los cuales fueron exterminados, algunos quemados, como si se tratara de la Inquisición rediviva.

El caso es que los fundamentalistas ucranianos de nueva impronta, apoyados por Estados Unidos, con una marioneta que montaron allí como presidente, Petró Poroshenko (reemplazado después por Volodímir Zelenski), excluyeron a buena parte del pueblo ucraniano de cultura rusa, como son los habitantes de la región de Dombás. Hubo un plebiscito. Se independizaron. Y ahí fue Troya. O, de otro modo, ahí comenzaron los bombardeos, arremetidas y otras incursiones del gobierno ucraniano contra los habitantes de las Repúblicas independientes de Donetsk y Luhansk.

La guerra en aquellos lugares es añeja. Miles de opositores al fascismo ucraniano y a la injerencia de la OTAN y EE.UU. han sido arrasados, en una acción calificada por sectores independientes como un “genocidio étnico y político”. Lo llamativo es que solo cuando Rusia (claro, tampoco es durazno en almíbar) intervino militarmente, estalló el escándalo mundial. Y nos volvimos a llenar de desinformaciones, de mercenarios de las noticias, de la manipulación descarada, de prohibiciones insólitas. La guerra siempre asesina la verdad, sobre todo cuando hay enormes intereses del capitalismo, como el de Europa y Estados Unidos, para pastorear a su antojo a buena parte de la humanidad.

La fiebre antirrusa, promovida en particular por las conveniencias de Washington, con la venia de la Unión Europea, ha cuajado tanto, y en muchos sentidos, como diría el antiguo jefe de la policía napoleónica, más que una arbitrariedad es una estupidez, como ha sido la prohibición de autores clásicos rusos, como pasó con Dostoievski en una universidad italiana, y vetar artistas del ballet, la música, la ópera y otras artes, solo porque se trata de rusos.

Hasta la “ensalada rusa” (invento de un cocinero francés) se ha resentido por estos lares, pero no por rusa, como me lo dijo una señora, sino porque en Colombia “la papa está muy cara”. La bobada, o el acolitismo, alcanzó límites increíbles, cuando el presidente colombiano hizo desmontar la montaña rusa de un parque de diversiones. Tal vez, al títere criollo le iría mejor si jugara a la emocionante “ruleta rusa”. Puede que ahí sí acierte.

Y mientras se censura la otra cara, las otras versiones y visiones, como ha pasado en Europa y Estados Unidos con medios rusos como Sputnik, por ejemplo, se nos vienen encima los condotieros de la información (o la desinformación) con “toneladas” de imágenes y noticias falsificadas, barnizadas, desprovistas de contexto, sin historia, sin antecedentes. Las fábricas de armas, la propaganda, el enfoque homogeneizante, el ocultamiento de una parte del conflicto, están de plácemes en el llamado “mundo occidental”, o sea, aquel que está bajo la férula estadounidense y de los “duros” de Europa.

Se ha visto cómo cantidades de maniobreros, de voceros a sueldo, de correveidiles de la Casa Blanca se rasgan las vestiduras por la presencia rusa en Ucrania, y jamás han soltado una lágrima por los pueblos bombardeados por Estados Unidos, por el arrasamiento imperial gringo en Libia, Irak, Afganistán, Siria (ahora bombardeada por Israel), Yemen, Sudán… Son días de plusvalía en las fábricas de noticias acomodadas. La guerra vende. Y se ha vuelto espectáculo. Algunos la disfrutan bien apoltronados, viendo las imágenes del desastre, mientras beben whisky o juguito de melocotón.

Hay que esconder las auténticas causas por las que Rusia entró en Ucrania y callar que, en efecto, esta guerra la iniciaron los Estados Unidos y la OTAN en 2014, cuando apoyaron el derrocamiento del presidente mencionado arriba, y montaron fantoches que han favorecido todas las intenciones de los neonazis y fascistas de nuevo cuño.

Al capitalismo, con sus mercados, con sus ambiciones desmedidas, con su destrucción del planeta, con sus medios de alienación masiva, no le importan si hay carnicerías, si hay destrucción del patrimonio cultural e histórico (como acaeció en Bagdad). Se dirá que son “daños colaterales”. Se impone el negocio. Y la guerra es de lo más lucrativo que hay.

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Carlos(19865)16 de marzo de 2022 - 11:16 a. m.
¡Por fin un columnista informado! Es cierto: Batallón o Regimiento Azov y Pravy Sektor son dos conformaciones neonazis que actúan a sus anchas en Ucrania con el beneplácito de las autoridades y de una parte de la población.
Victor(52867)16 de marzo de 2022 - 12:31 a. m.
exista Rusia. El chiste más fétido es cuando la élite USA habla de "oligarcas" rusos. A propósito la operación militar se ha demorado porque pese a toda la realidad dura de la guerra y al océano de fake news, el ejército ruso ha procurado no atropellar como lo hizo Col en El Palacio de J., uno dentro de más de 2000 masacres en Col. y q tal la hipocresía d EEUU X q real/. va tras de China
  • Lorenzo(2045)16 de marzo de 2022 - 03:04 a. m.
    Hay preguntas que no se hacen porque hay poco espíriitu historiador. Cuestionamientos esenciales: ¿de dónde salió el billete para financiar no solo dos carnicerías mundiales -60 millones de asesinados en menos de 46 años- sino constantes financiaciones de golpes de Estado? El nombre de un anciano zorro, Henry Kissenger, les daría las primeras vocales a los dummies acerca del Orden Mundial.
Victor(52867)16 de marzo de 2022 - 12:24 a. m.
Un hecho redondo: la élite Ucraniana es tan Fascista-Nazi que imploró y se arrodilló a Occidente para que la OTAN se enfrentara a Rusia. Eso además de demencial es una grotesca estupidez porque sería un suicidio mundial. Es tan torpe y prepotente que está sacrificando a millares de Ucranianos para terminar reconociendo que no hay un milímetro de posibilidad para ser miembro de la OTAN, mientras
DORA(2370)15 de marzo de 2022 - 10:44 p. m.
En ninguna parte he leído que el impresentable Duque ordenó desmontar una montaña rusa. ¿Es verdad? ¿esta exagerando? ¿Dónde salió la noticia? Seamos serios.
Arturo(82083)15 de marzo de 2022 - 09:45 p. m.
"Y la guerra es de lo más lucrativo que hay" Hace unas horas el Consejo de Gobierno de Suiza (un pais neutral y pacifico) ratifico la urgencia de adquirir 33 aviones de combate F 35 para reforzar su sistema defensivo, y a la misma hora el ministro de Defensa de Alemania decreto la urgente necesidad de invertir billones de euros para modernizar su "Bundeswehr"especialmente la flota aerea mediante
  • Arturo(82083)15 de marzo de 2022 - 09:58 p. m.
    la adquisicion de aviones tipo F 35, "el mejor avion de combate del mundo" En Colombia el gobierno tambien queria comprar unos cuantos avioncitos de este tipo, pero tendria que ponerse en una larga fila de espera (Lockhead tiene vendida la produccion de los proximos 5 años). Los chicos de mercadeo de la industria armamentista definitivamente son muy creativos. Kalazhnikov, la chispa de la muerte!
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